Ciudad del Vaticano (AICA): Al mediodía de este domingo 5 de octubre, el papa Francisco se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro. Francisco agradeció a los hermanos Paulinos que distribuyeron Biblias en ocasión del centenario de su fundación. “Con la inauguración del Sínodo de la Familia y con la ayuda de los Paulinos podemos decir: Una Biblia en cada familia”, dijo Francisco y agregó “hay que tenerla a la mano para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá por la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios”.
“Con la inauguración del Sínodo de la Familia y con la ayuda de los Paulinos podemos decir: Una Biblia en cada familia”, dijo Francisco y agregó “hay que tenerla a la mano para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá por la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios”.
El obispo de Roma invitó a todos “a apoyar los trabajos del Sínodo con la oración, invocando la materna intercesión de la Virgen María”. Asimismo se unió espiritualmente “a los que en el Santuario de Pompeya, elevan la tradicional 'Súplica' a la Virgen del Rosario. ¡Que conceda la paz, a las familias y al mundo entero!”.
Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Esta mañana, con la concelebración eucarística en la Basílica de San Pedro, hemos inaugurado la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos. Los padres sinodales, procedentes de todas las partes del mundo, junto conmigo, vivirán dos semanas intensas de escucha y de debate, fecundadas en la oración, sobre el tema "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización".
Hoy la Palabra de Dios presenta la imagen de la viña como símbolo del pueblo que el Señor ha elegido. Como una viña, el pueblo requiere mucho cuidado, requiere un amor paciente y fiel. Así hace Dios con nosotros, y así somos llamados a hacer nosotros, Pastores. También cuidar de la familia es una forma de trabajar en la viña del Señor, para que produzca los frutos del Reino de Dios.
Pero para que la familia pueda caminar bien, con confianza y esperanza, es necesaria que esté nutrida por la Palabra de Dios. Por esto es una feliz coincidencia que precisamente hoy nuestros hermanos paulinos hayan querido hacer una gran distribución de la Biblia, aquí en la plaza y en muchos otros lugares. Damos las gracias a nuestros hermanos paulinos. Lo hacen en ocasión del centenario de su fundación, por parte del beato Giacomo Alberione, gran apóstol de la comunicación. Entonces hoy, mientras se abre el Sínodo por la familia, con la ayuda de los paulinos podemos decir: ¡Una Biblia en cada familia! ¡Una Biblia en cada familia! 'Pero padre, nosotros tenemos dos, tenemos tres'. 'Pero, ¿dónde las tienen escondidas?' La Biblia no es para ponerla en una estantería, sino para tenerla a mano, para leerla a menudo, cada día, ya sea de forma individual o juntos, marido y mujer, padres e hijos, quizá en la noche, especialmente el domingo. Así la familia crece, camina, con la luz y la fuerza de la Palabra de Dios.
Esta es la Biblia que os darán los hermanos paulinos. Una para cada familia. Estad atentos, no seáis pícaros, tomadla con una mano, no con las dos. Con una mano para llevarla a casa.
Invito a todos a apoyar los trabajos del Sínodo con la oración, invocando la materna intercesión de la Virgen María. En este momento, nos unimos espiritualmente a los que en el Santuario de Pompeya, elevan la tradicional 'Súplica' a la Virgen del Rosario. ¡Que conceda la paz, a las familias y al mundo entero!+
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