“Dios por amor tomÓ la iniciativa de hacerse hombre en la plenitud de los tiempos y eligió el modo y una manera humana de hacerse hombre: nacer de una mujer que después de todo un tiempo y proceso de gestación en el seno materno, bendito tabernáculo es el vientre de la mujer que acuna la vida, la gesta y la alumbra en el momento oportuno”, sostuvo el prelado.
Describió a Dios como aquel “que quiso ser hombre”, quiso “aprender a ser humano, criatura”. Y en ese aprendizaje, “tuvo una necesidad de madre: María; tuvo necesidad de familia: Nazaret”, agregó. “María es la creatura que, representando a la humanidad y a toda la expectativa del Pueblo de Israel, fue la que más y mejor creyó y esperó”
Monseñor Canecín habló de la figura de María como aquella que “no solo abrió su mente y su corazón por la fe, sino que también permitió que sus entrañas virginales y purísimas fueran receptivas para que la obra del Espíritu Santo hiciera que el Verbo se encarne”. “Navidad es Jesús, fruto de la iniciativa de Dios y la respuesta de María con la obra del Espíritu Santo”, aseguró, “sin Jesús, no hay Navidad”.
Luego exhortó a la comunidad a “hacer memoria para actualizar el misterio que aconteció muchos siglos atrás. Ese mismo misterio quiere hacerse presente hoy, aquí y ahora. Así como ayer fue María la que lo permitió, hoy tenemos que ser vos, yo y cada uno de nosotros”.
“Que en cada familia y en cada comunidad, como una nueva María que se abre de mente y corazón para recibir la iniciativa de Dios, tenemos que permitir que el Espíritu fecunde, mente, corazón, vidas, personas, matrimonios y familias, para alumbrar a Jesucristo con pensamientos, sentimientos, palabras y gestos concretos que tengan por destinatarios los hermanos, sobre todo los débiles, frágiles, pobres y descartables, para tener gestos de solidaridad con ellos”, anunció.
El obispo de Goya animó al pueblo a “superar las brechas y las grietas hondas y profundas que tenemos como humanidad, que tenemos como argentinos y, a veces, en las comunidades y en nuestra propia casa”. Invitó a la comunidad a “imitar la actitud de Dios: tender puentes de reconciliación, otorgar perdón, retomar el diálogo, volver a mirarnos a los ojos, volver a esbozar una sonrisa, una mano tendida o compartir con un plato de comida”, manifestó.
Al finalizar, rogó al Señor “les regale, personal y comunitariamente, una hermosa experiencia de Adviento, para actualizar el misterio de la Navidad. Deseo un fecundo Adviento y de ser así, será sin lugar a dudas, una feliz Navidad para todos”, concluyó.+
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