Mons. Frassia pidió a la Virgen de la Asunción que “bendiga a nuestra Patria”
Participaron de la fiesta patronal autoridades municipales, sacerdotes, vecinos y numerosos devotos de las comunidades diocesanas.
En la homilía, el prelado reconoció que hablar de la Virgen le produce “una emoción muy grande, porque mirando a María encontramos el misterio de Dios más grande que se nos ha regalado”.
“Ese intercambio estupendo y extraordinario -de lo divino que se hace humano y lo humano que llega a lo divino- se da por medio de la Virgen, siempre que es la voluntad de Dios. Ella es la ‘llena de gracia’ porque va a albergar, a recibir, el Verbo de Dios y Ella después, colmada por la Gracia de Dios, nos da totalmente a Dios, nos da al verdadero Dios y verdadero Hombre, Jesucristo”, destacó.
Tras reflexionar sobre el lema de este año, invitó a pedirle a la Virgen que “triunfe el bien y no el mal” y que “superemos el cansancio, el desánimo, la tristeza y todo intento de mal que puede estar presente en nuestra vida, en nuestra sociedad, en la Iglesia”.
“¡Es cosa seria creer! ¡Es cosa seria ser hijo de Dios! ¡Es cosa seria ser hijo de la Iglesia! Por todo eso hoy le pedimos a la Virgen que -una vez más- nos ayude a pensar que lo imposible es posible con la Gracia de Dios; tenemos que levantar nuestra mirada porque podemos ayudarnos sabiendo que nos podemos considerar -entre todos- no extranjeros ni extraños sino hermanos”, subrayó parafraseando el lema.
“Esto pedimos hoy al Señor y a la Virgen, confiando mucho porque la vida es breve y hay que vivirla en serio y no nos vamos a llevar de acá, nada. O con las manos vacías. O con el corazón lleno del amor de Dios en el servicio a nuestros hermanos. Y creo que vale la pena porque la Virgen es nuestra señal, nuestra seguridad y Ella nos ayuda, en serio, a tratarnos entre nosotros como hermanos”, agregó.
Monseñor Frassia elevó una plegaria para que “Nuestra Señora de la Asunción bendiga a nuestra diócesis, bendiga a nuestra Iglesia, bendiga a nuestros queridos sacerdotes, bendiga a los diáconos, bendiga a los religiosos y a las religiosas, bendiga a los seminaristas, bendiga a los jóvenes, bendiga a los ancianos, bendiga a los que están solos, bendiga a los enfermos, bendiga a aquellos que están enfermos no sólo de una manera física sino también espiritual o síquica o moral”.
“Que la Virgen haga el milagro y que bendiga a nuestra patria. Es cierto y es posible vivir cada uno según de acuerdo a lo que piensa, a lo que cree y a lo que proyecta, pero siempre tratándonos como hijos y como hermanos”, añadió, y concluyó: “Recordemos que la Virgen nos da la trascendencia, ¿qué quiere decir esto?, que Ella nos alcanzó, por Jesucristo, la posibilidad de ir al cielo. Donde está la Madre también estaremos nosotros, sus hijos”.+
Texto de la homilía
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