Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, señaló en su homilía que la Eucaristía es el gran signo de la misericordia y el amor de Dios, alimento del alma, con el que Dios provee de los bienes espirituales a los hombres. El prelado se manifestó de esta forma al reflexionar en torno al evangelio dominical, en el que se relata la multiplicación de los panes, y aseguró que el que confía en el amor y en el auxilio divino hallará fortaleza para vencer cualquier dificultad de la vida.
Monseñor Martorell observó que el milagro de la multiplicación de los panes, obrado por Jesús, es una prefiguración de la Eucaristía que “se hace comida y bebida para todos y que es capaz de satisfacer a las multitudes”.
“La Eucaristía es el gran signo de la misericordia y el amor de Dios, que nos hace comer y beber hasta la saciedad; una comida y una bebida que son comida y bebida de vida eterna, alimento para el cuerpo y para el alma; es la presencia salvadora y el gran consuelo de los hombres, es Dios con nosotros que no solamente nos alimenta y fortalece, sino que nos acompaña en el camino de la vida”, manifestó el prelado.
Monseñor Martorell aseguró que el que sigue a Cristo halla en Él todo lo que precisa para la vida eterna y para la vida terrena. “Pero hay que seguirlo resueltamente con fe inquebrantable –advirtió-, apoyado en la certeza de su amor y de su providencia. Así, nada podrá separar al discípulo de Cristo y a quien lo sigue de corazón porque está convencido de que en su amor y su auxilio hallará la fortaleza para vencer cualquier dificultad de la vida”.+
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