El Papa recibió a Nadia Murad, Premio Nobel de la Paz 2018.
En esa ocasión la joven contó brevemente al papa Francisco su historia como esclava sexual de los milicianos del Estado Islámico tras ser secuestrada en su aldea de Kocho, en el norte de Irak, y cómo vio morir a seis hermanos y su madre antes de poder escapar.
Desde entonces se ha convertido en la voz de las otras miles de mujeres jóvenes yazidíes, una minoría religiosa de la región, que permanecen desaparecidas tras ser secuestradas por el Estado Islámico.
En enero de este año, Francisco denunció durante un acto la “inaceptable” persecución que sufren esta minoría religiosa en Siria e Irak, víctimas de “indecibles violaciones” ante las que clamó que la comunidad internacional no puede permanecer inerte.
Nadia Murad y el médico congoleño Denis Mukwege fueron elegidos Premio Nobel de la Paz por su labor para visibilizar y combatir la violencia sexual como arma de guerra. +
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