La imagen cuatro veces centenaria salió del santuario mariano en el trono, portado por miembros del Ejército Argentino y escoltado por la Guardia de Honor de la División Bomberos de la Policía de Provincia, siendo precedida por seminaristas, sacerdotes, el obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, y el obispo emérito de La Rioja, Mons. Roberto Rodríguez.
Ubicada en el Paseo de la Fe, por espacio de una hora, recibió el saludo de las delegaciones de peregrinos, e instituciones y organismos del medio. En un despliegue de color, música y alegría, llevaron las imágenes de sus santos patronos, banderas y misachicos como expresión de la religiosidad popular del Noroeste Argentino.
Luego, la Madre del Valle fue trasladada desde el trono a la cureña en brazos del Mons. Urbanc, para dar inicio a la solemne Procesión, con la participación de sacerdotes del clero catamarqueño y de otras jurisdicciones eclesiásticas, religiosas y religiosos, seminaristas y el pueblo que quiso estar presente en esta fiesta.
Frente a Casa de Gobierno se unieron a la marcha las autoridades provinciales y municipales, encabezadas por la gobernadora de Catamarca, Dra. Lucía Corpacci; y el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil; legisladores provinciales y nacionales, entre ellos la diputada nacional Silvana Ginocchio; judiciales y de las fuerzas de seguridad.
Miles de peregrinos y devotos caminaron en familia por las calles de San Fernando del Valle en una demostración imponente de amor y fe a la Morenita del Valle.
Durante el trayecto se desgranaron los misterios del Santo Rosario pidiendo por los frutos de la acción misionera de los sacerdotes y congregaciones religiosas que evangelizaron en tierras catamarqueñas. Las súplicas y acciones de gracias se confundieron con el canto de alabanza a la Inmaculada del Valle.
En el Paseo de la Fe, frente a la Catedral Basílica, la Imagen bendita fue recibida con los sones de la Banda de Música de la Policía de la Provincia, pañuelos al viento, vivas y aplausos.
Mensaje del obispo
Monseñor Urbanc pronunció su mensaje final:
Despedida. Querida Virgencita del Valle, ha llegado el momento de decirte ¡adiós! Y por eso nuestro ser se estremece, las lágrimas comienzan a brotar y los corazones a latir más fuerte. Pero sabemos que es sólo un hasta luego, ya que Tú estás siempre con nosotros: en nuestros hogares, nuestras oficinas, nuestras capillas y, sobre todo, en nuestros corazones. Tú vas siempre con nosotros. Tú estás siempre al lado de nuestros enfermos, ancianos, niños y jóvenes. ¡Gracias, Madre por estar! ¡Gracias por ser como eres! ¡Gracias!
Hemos vivido una hermosa y fecunda novena de oración, encuentros, Eucaristías y acogida de numerosos peregrinos que nos dieron el testimonio de cuanto te aman y de cuanto te agradecen por ser la madre solícita que no desampara a ninguno de los que se acogen a Ti.
Gratitud. [c]Gracias por todas las personas que han colaborado de una u otra manera a que todo se haya desarrollado con armonía, eficiencia y en paz.
Gracias por haber traído a Mons. Rodríguez, obispo emérito de La Rioja, a Mons. Bokalič, obispo de Santiago del Estero, a algún sacerdote, a religiosas y a laicos, que han puesto sus talentos al servicio de esta gran fiesta en tu honor y para ayudar a tantos peregrinos que han decidido, una vez más, desafiar distancias y climas para encontrarse contigo. Que todos ellos reciban del Cielo abundantes bendiciones.[/c]
Asistencia. Quiero hacerte notar, querida Madrecita del Valle, que son siempre más los catamarqueños que ponen su tiempo, sus cosas, su dinero, sus vehículos, sus casas y sus corazones, para acoger y atender a los peregrinos, dándoles agua, alimento, medicinas, cobijo y afecto, durante su peregrinar, al llegar a tu santuario y mientras permanecen entre nosotros. Bendícelos y danos la gracia de que no quede ningún catamarqueño sin involucrarse en esta gran fiesta de la caridad, la amistad, la fraternidad y la alegría, como son las honras que desde hace 4 siglos tu pueblo fiel organiza en tu honor.
Año Mariano Nacional. Pongo en tus manos la preparación, organización y desarrollo del Año Mariano Nacional que te dedicaremos en el año 2020, en el marco del cual se llevará a cabo aquí, en Catamarca, el IV Congreso Mariano Nacional, y, como catamarqueños, queremos que sea un Gran Jubileo de acción de gracias por tu ininterrumpida y cada vez más sentida presencia maternal a lo largo de más de 400 años. Tú sabes que hoy en todas las Diócesis de Argentina, de un modo u otro, se lanzó el año de preparación. También nosotros, por medio de la entrega que haré de mi carta pastoral, cuya temática es la Espiritualidad de los Discípulos-Misioneros, nos disponemos a transitar este año poniendo a punto nuestros corazones para todo lo que nos depare la Divina Providencia.
Te pido, querida Reina de los Cielos, que sean muchos los hogares catamarqueños que se preparen a acoger con generosidad a los miles de congresistas que participarán en tan magno acontecimiento entre los días 23 y 26 de abril de 2020. Facilítanos las cosas para que todo esfuerzo fructifique.
Patria. Te pido por nuestra Patria, por sus gobernantes, por sus empresarios, por sus docentes, por tantos pobres que se debaten en la incertidumbre sin poder satisfacer sus necesidades básicas, por nuestros niños cada vez más expuestos a la manipulación de las ideologías de turno, por nuestros ancianos carentes de afecto, atención y carcomidos por la soledad y el abandono; por nuestras comunidades cristianas para que surjan en ellas muchas y santas vocaciones sacerdotales, consagradas y misioneras, por nuestras familias para que sean verdaderas iglesias domésticas, donde reine tu corazón inmaculado y eduquen a las nuevas generaciones en el amor a Dios y al prójimo, y por los migrantes que buscan tener techo, pan y trabajo.
Peregrinos. En fin, Madre del Amor y de la Vida, extiende tu celeste manto sobre todos tus hijos que, luego de esta solemne despedida, partirán de regreso a sus respectivos hogares para que puedan encontrarse con sus seres queridos y compartir con ellos todo lo que hemos vivido a tu lado.
Contigo, les digo a todos ellos que los esperamos siempre, porque aprendemos mucho de ellos, y porque los necesitamos para compartir la única fe, esperanza y caridad que nos congrega en torno a Ti.
Lanzamiento del Año de la Espiritualidad
Luego de la alocución final, se concretó la ceremonia de lanzamiento del Año Diocesano de la Espiritualidad de los Discípulos Misioneros, camino al Año y IV Congreso Mariano Nacional, que se realizará en nuestra ciudad, en adhesión al Jubileo por los 400 años del hallazgo de la Imagen de la Virgen del Valle en la Gruta de Choya.
En la oportunidad, el obispo presentó su carta pastoral, que entregó a los decanos de las Zonas Oeste, Este, Centro y Capital, y a los representes de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El pastor diocesano señala que “la finalidad del documento es ayudarnos en la vivencia de la espiritualidad y la preparación para el Jubileo”. Espera que “este texto sea recibido benignamente, leído con detenimiento y practicado con perseverancia, para que este último peldaño nos signifique un gran progreso en nuestra condición de discípulos misioneros del Señor e hijos de la Virgen”.
Con la Oración se puso en manos de la Madre del Valle el Año y Congreso Mariano Nacional, que viviremos en Catamarca.
Como homenaje a la Patria se entonaron las estrofas del Himno Nacional y luego del Himno a Catamarca, dando paso al arriamiento de la Bandera.
Se otorgó una indulgencia plenaria en la forma acostumbrada por la Iglesia.
En el momento de la despedida, con vivas, pañuelos agitados, lágrimas de emoción, miles de peregrinos y devotos saludaron a la Madre Morenita, que regresó a su Camarín, donde permanecerá hasta las próximas fiestas.+
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