A cuatro meses del incendio que devastó la catedral, la diócesis convocó a los fieles en el puente Saint-Louis, para participar de la tradicional procesión de la Virgen María, que normalmente se lleva a cabo en las calles adyacentes de la isla.
El jueves por la mañana centenares de fieles con sus rosarios en la mano, cantaron el Ave María y caminaron hacia la iglesia de Saint-Sulpice, donde el arzobispo de París, monseñor Michel Aupetit, presidió la misa y renovó el “voto” del rey Luis XIII, que consagró a María el país el 10 de febrero del 1638.
En esta ocasión, Francisco envió por medio del secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, un mensaje para asegurar su cercanía espiritual a los fieles.
“Como una verdadera madre, María camina con nosotros, lucha con nosotros y difunde incansablemente la proximidad del amor de Dios. Comparte la historia de cada pueblo que ha recibido el Evangelio y hace parte de la identidad histórica”, escribió.
El Papa pide a Dios por la intercesión de Nuestra Señora que “la reconstrucción de su joya arquitectónica, sea un signo fuerte del renacimiento y revitalización de la fe en sus creyentes. Llenos de esperanza, serán para sus familias, sus comunidades y lugares de vida, constructores de una nueva humanidad radicada en Jesucristo”.+
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