Los milicianos yihadistas, del califato islámico, tomaron, este jueves, las ciudades de Los milicianos yihadistas, del califato islámico, tomaron, este jueves, las ciudades de Qaraqosh, Tal Kaif, Bartela y Karamlesh. Allí destruyeron cruces y quemaron manuscritos en las iglesias locales. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, difundió un comunicado donde destaca la "cercanía espiritual" del papa Francisco con el pueblo iraquí y los cristianos que huyeron de Mosul y Qaraqosh.
El Papa insta a la ayuda para la emergencia humanitaria y el fin de la violencia. "Es una catástrofe, una situación dramática: decenas de miles de personas aterrorizadas están huyendo en estos momentos", denunció el arzobispo católico caldeo de Kirkuk., Tal Kaif, Bartela y Karamlesh. Allí destruyeron cruces y quemaron manuscritos en las iglesias locales. El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, difundió un comunicado donde destaca la "cercanía espiritual" del papa Francisco con el pueblo iraquí y los cristianos que huyeron de Mosul y Qaraqosh. El Papa insta a la ayuda para la emergencia humanitaria y el fin de la violencia.
El Santo Padre pide a la comunidad internacional tomar medidas "para poner fin a la tragedia humanitaria que tiene lugar" y para "proteger a los que están afectados o amenazados por la violencia", garantizando "la ayuda necesaria, especialmente las más urgentes, para los muchos desplazados internos, cuya suerte depende de la solidaridad de los demás".
La declaración de hoy aparece en respuesta a la carta que el patriarca Louis Sako de Bagdad envió hace unos días al Pontífice, en el que denunció el éxodo forzado de los cristianos, las profanaciones y la inmovilidad de la comunidad internacional.
“Es una catástrofe, una situación drástica”
Los milicianos yihadistas, del califato islámico, tomaron, este jueves, las ciudades de Qaraqosh, Tal Kaif, Bartela y Karamlesh. Allí destruyeron cruces y quemaron manuscritos en las iglesias locales. "Es una catástrofe: decenas de miles de personas aterrorizadas están siendo huyendo en estos momentos", denuncia el arzobispo católico caldeo de Kirkuk.
Qaraqosh es una ciudad totalmente cristiana que se encuentra entre Mosul, principal ciudad en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI), y Erbil, la capital regional kurda. Cuenta con una población de unas 50.000 personas.
“Pedimos al Consejo de Seguridad de la ONU que intervenga de inmediato. No podemos describir lo que está ocurriendo”, declaró a AFP el arzobispo Thomas.
Los yihadistas también conquistaron Tal Kaif, Bartela y Karamlesh, añadió. Sinjar, a 50 km de la frontera siria, cayó el domingo. Unas 200.000 personas escaparon por las carreteras, según la ONU. Los yihadistas también conquistaron Zumar, otra ciudad cercana a Mosul, una instalación petrolera y Rabia, un puesto fronterizo entre Siria e Irak.
Tal Kaif, donde vive una comunidad cristiana significativa y miembros de la minoría chiita chabak, también se vació durante la noche. “Tal Kaif está ahora en manos del Estado Islámico. No enfrentaron ninguna resistencia y simplemente entraron pasada la medianoche”, dijo Butros Sargon, cristiano residente que huyó de la ciudad, contactado por teléfono en Erbil.
“Oí disparos durante la noche y cuando miré fuera, vi un convoy militar del Estado Islámico. Gritaban 'Allahu Akbar' (Dios es grande)”, dijo.
En Qaraqosh se hallaban miles de iraquíes cristianos que ya habían escapado a la ofensiva yihadista en Mosul, la gran ciudad del norte de Irak bajo control desde el 10 de junio de los insurgentes sunitas liderados por los yihadistas radicales sunitas del Estado Islámico (EI). En ese momento también se refugiaron en las aldeas de Tal Kayf y Bartella.
Los ataques comenzaron el martes. Los desplazados se refugiaron en las ciudades y aldeas ahora atacadas tras huir el mes pasado de Mosul, la gran ciudad del norte de Irak bajo control desde el 10 de junio de los insurgentes sunitas del Estado Islámico.
Los cristianos de Mosul ya no se ven. Fueron expulsados o exterminados por los yihadistas en menos de siete meses. Los terroristas los identifican marcando sus casas con la letra árabe Nun, inicial de nazareno, “cristiano”.
Los pocos que quedaban, o se convirtieron al islam, o marcharon al exilio o fueron asesinados. El califa del Estado Islámico, Abu Bakr Al Bagdadi, impuso en su territorio la “sharía” -ley islámica- y no admite más creencia que la suya. La desobediencia acarrea la pena de muerte.
El exterminio sistemático de cristianos en Irak y en Siria sólo despertó la indignación de organizaciones religiosas y se manifestó en las redes sociales, sobre todo en Facebook y Twitter.
Bajo el hashtag #WeAreN (#SomosN) miles de usuarios alzan la voz sobre una de las masacres más silenciadas de Medio Oriente. Hacen referencia a la marca mortal de la ن que abunda en Mosul. La campaña comenzó cuando la periodista Dalia Al-Aqidi llamó a sus seguidores a comentar la masacre de cristianos bajo ese hashtag. Fue en ese momento que la “N” se resignificó.
Comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede
“El Santo Padre sigue con profunda preocupación las noticias dramáticas que vienen desde el norte de Irak y que afectan a personas indefensas. Especialmente afectadas son las comunidades cristianas: es un pueblo que huye de sus aldeas a causa de la violencia que se está librando en estos días y revolcando la región.
Durante el Ángelus, el 20 de julio, el papa Francisco había llorado exclamando con dolor: "nuestros hermanos y hermanas son perseguidos, son perseguidos de distancia, tienen que salir de sus casas sin poder llevar nada con ellos. A estas familias y estas personas quiero expresar mi cercanía y mi oración constante. Queridos hermanos y hermanas tan perseguidos, sé lo mucho que sufren, yo sé que han sido despojados de todo. Estoy con ustedes en la fe de Aquel que ha vencido el mal".
A la luz del acontecimiento traumático, el Santo Padre renueva su cercanía espiritual a todos aquellos que están pasando por esta dolorosa prueba y se une a los llamamientos apasionados de los obispos locales, pidiendo, con ellos y para sus comunidades atribuladas, que salga incesante de toda la Iglesia una oración coral para invocar al Espíritu Santo el don de la paz.
Su Santidad también reitera su llamamiento urgente a la comunidad internacional, para que, tomando medidas para poner fin a la tragedia humanitaria que tiene lugar, trabajemos para proteger a aquellos que se ven afectados o amenazados por la violencia y asegurar la ayuda necesaria, especialmente a los más necesitados, a los muchos desplazados, cuya suerte depende de la solidaridad de los demás.
El Papa hace un llamado a la conciencia de todos y cada creyente repitiendo: "El Dios de la paz inspire en todos un deseo genuino para el diálogo y la reconciliación. ¡La violencia no se vence por la violencia! ¡La violencia se vence con la paz! Oremos en silencio, pidiendo por la paz, todos en silencio ¡María, Reina de la Paz, ruega por nosotros!" (Angelus, 20 de julio de 2014).”+