Mons. Corral SVD fue ordenado obispo coadjutor de Añatuya
Mons. Corral SVD fue ordenado obispo coadjutor de Añatuya
La ordenación fue presidida por el obispo diocesano, monseñor José Melitón Chávez, y concelebrada por el cardenal Luis Héctor Villalba, obispo emérito de Tucumán, y monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba, junto con una veintena de obispos y un gran número de sacerdotes del clero local.
Entre los obispos presentes se encontraba el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea; el arzobispo de Salta, monseñor Antonio Cargnello; el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez; el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida; el obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM; y el obispo prelado de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo.
Durante su homilía, monseñor Chávez hizo referencia a la cita Vayan y anuncien el Evangelio, mandato que lo podemos palpar hoy en el acontecimiento que celebramos. Seguidamente, dio la bienvenida a los obispos presentes y especialmente al nuevo obispo coadjutor, su familia religiosa, la congregación del Verbo Divino, y sus familiares y amigos. Añatuya te acoge como padre y hermano para seguir caminando juntos en la dulce y confortadora tarea de evangelizar, le dijo.
El prelado se refirió luego a su estado de salud, que le impide desarrollar su tarea con normalidad: Por eso recibo con inmensa gratitud el don de este hermano que el Santo Padre ha querido proveer para retomar con fuerza y entusiasmo este camino. Una ayuda, un hermano, un compañero de misión. Y señaló el acontecimiento como señal providente de lo que Dios nos pide en estos tiempos de Iglesia: caminar juntos.
Caminar juntos, escucharnos, escuchar juntos al Espíritu, para discernir lo que Dios quiere para nosotros en esta historia. Y sobre todo así, gradualmente, nuestro presbiterio ya generoso por su sacrificada entrega cotidiana, haciendo suyo este camino pueda afianzarse más en este modo de ser Iglesia en estos tiempos, sostuvo.
Monseñor Chávez recordó al beato monseñor Enrique Angelelli y expresó: Poner un oído en el pueblo será para nosotros estar dispuestos a aprender de esa sabiduría de la fe popular y escuchar el grito del pobre en unísono con el grito de la madre tierra. Ya no podemos temer de ponernos al lado del pobre, del vulnerable, del pequeño. Es el lugar que Jesús eligió; ese es el lugar que él nos asignó, nuestro lugar.
Al dirigirse directamente al nuevo obispo le dijo: Querido hermano José Luis: El Espíritu Santo que un día te ungió para la misión en tu Bautismo, y un día despertó tu vocación consolidándola en una congregación religiosa eminentemente misionera, te trae hoy aquí a esta tierra de misión, lo es desde siempre, así la encaró con una exquisita caridad nuestro querido Siervo de Dios monseñor Jorge Gottau y sus misioneros, con un enorme esfuerzo y generosidad, y su huella perdura aún. Tierra de misión. Extensa, variada, pobre. La misión está ahí, a la vista, esperándote, esperándonos. La tierra también, mucha tierra, lo vas a probar.
Al concluir, encomendó la misión a monseñor Gottau, como pastor que ama y ora mucho por su pueblo, y a la Virgen que habitada por el Verbo en su vientre, partió y fue sin demora, pose su mirada misericordiosa sobre vos y tu misión entre nosotros.+