El Card. Poli a los sacerdotes: "Por la consagración le pertenecemos a Dios"
El cardenal glosó el Evangelio, un relato “asombroso y sobrio”, en el cual Jesucristo revela que Él es el Ungido, el verdadero Mesías.
El purpurado porteño concelebró con otros once obispos, sus auxiliares y el nuncio en el Congo, monseñor Mariano Montemayor; el arzobispo emérito de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca; el arzobispo emérito de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, y el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino.
El cardenal Poli agradeció la presencia del encargado de negocios de la Nunciatura, monseñor Vincenzo Tuturro, en nombre del nuncio adveniente y trayendo la cercanía del Papa. Y agradeció también a los sacerdotes del Hogar Sacerdotal, que quieren venir a asistir a esta misa, con gran esfuerzo (y por cuyo sostenimiento se hizo la colecta).
También dio gracias por la presencia de numerosos de fieles: “Ellos nos comprenden, nos ayuda… ellos nos dan aliento y ejemplo para ser más de Dios y de la Iglesia”, manifestó.
Había numerosas religiosas y religiosos con sus hábitos de muy diferentes colores (negro, blanco, celeste, beige, gris, etc.).
Antes de la misa hubo adoración del Santísimo Sacramento, colocado en la custodia en el centro del altar y flanqueado por seis candelabros. Allí predicó monseñor Antonio Alosio, quien recordó lo que decía un vitral de cuando él entró al Seminario, hace muchas décadas: “No son ustedes lo que me han elegido, soy Yo que los he elegido a ustedes”.
El cardenal Poli bendijo los óleos que se usarán durante el año en la administración de los sacramentos.+
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