Los fieles caminaron en procesión con la imagen de la Virgen desde la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Moreno, hasta la catedral diocesana Nuestra Señora del Rosario. Hubo una suelta de un rosario de globos, y luego los presentes compartieron la Eucaristía, presidida por el obispo, monseñor Fernando Carlos Maletti, y concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Oscar Miñarro y sacerdotes del clero diocesano.
En su homilía, monseñor Maletti destacó dos conceptos presentes en la liturgia: “la espera” y “ponernos en camino”. Afirmó que “son actitudes fundamentales de la vida cristiana que nos enseña la Virgen y que también son características primordiales de esta diócesis ensamblada aquí en el oeste, del tercer y cuarto cordón del conurbano bonaerense”.
En primer lugar, señaló que “esperar no es simplemente que todo llueva, sino que es una esperanza activa. Es una esperanza donde se sabe que todo llega, a veces más rápido, a veces más lento, pero siempre progresivamente, y que implica la fidelidad de aquellos que esperamos. Poder alcanzar lo que anhelamos es fruto de poder también estar en esa actitud que nos hace ir mirando los pasos de Dios por nuestra vida personal y comunitaria”.
“Y María nos llama a ser gente de la esperanza, a ser gente de espera, y también en estos tiempos difíciles de nuestro país, de nuestra región, de nuestros municipios. En estos tiempos donde se hace muy cuesta arriba no ser individualista, dejar de ser tibio y mediocre, tenemos que asumir que debemos ser comunidad, que debemos formarnos socialmente como hermanos, donde el bien común es más importante que el bien particular, también en la Iglesia”.
En segundo lugar, “ponernos en camino, el avanzar, el no retardar”, expresó monseñor Malettí. “María se puso en camino, dice el Evangelio que acabamos de escuchar, porque ella ciertamente, tenía claro aquello que esperaba, pero también puso su existencia en aquello a lo que iba. En el camino hay tropiezos, hay piedras, hay dificultades. A veces entre unos y otros nos ponemos palos en la rueda, pero hay que levantarse y salir adelante. Programa hermoso de la vida cristiana que nos propone la Virgen María: esperar y ponernos en camino”, resumió.
Finalmente, el obispo animó a poner en las manos de la Virgen la vida de las comunidades, de la Iglesia diocesana, de las familias y las intenciones de cada uno.
Durante la ceremonia, que contó con la presencia de todos los integrantes del Seminario Diocesano, el seminarista Jorge Moreno recibió el ministerio del lectorado; tres seminaristas, Daniel, Marco Antonio e Iván, recibieron el ministerio extraordinario de la Sagrada Comunión; y fue recibido en el cuerpo de seminaristas a Luis Luchetti, luego de un año de experiencia pastoral y de discernimiento en la parroquia Sagrado Corazón de Cuartel V.+
Publicar un comentario