Los greco católicos ucranios, “testigos de fe en las tribulaciones”

“En algunas circunstancias, nuestra condición humana se hace aún más frágil por las difíciles situaciones históricas, las cuales marcan la vida del Pueblo de Dios, de la Comunidad que Jesucristo nuestro Señor compró con su sangre”. Lo recuerda el papa Francisco en su mensaje dirigido a Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev. Y es que la Iglesia greco católica ucrania conmemora el 8 de marzo el 70º aniversario de los tristes sucesos de marzo de 1946, el pseudo-sínodo de Lviv, en el que se prohibió la Iglesia greco-católica de Ucrania.

El pasado viernes 5 de marzo el Santo Padre Francisco se reunió en el Vaticano con el Sínodo Permanente de la Iglesia greco-católica de Ucrania. “Hemos venido para reafirmar nuestra comunión con el Papa y para pedir su ayuda con el pueblo ucranio”, dijo Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk después del encuentro. “El Papa nos escuchó”, dijo el arzobispo mayor Shevchuk, y recordó cómo Francisco es considerado “una autoridad moral que habla de la verdad, una voz muy importante para el pueblo ucranio”.

Por su parte, el mensaje del Santo Padre recuerda que “hace setenta años, el contexto ideológico y político, así como las ideas contrarias a la existencia misma de vuestra Iglesia, llevaron a la organización de un pseudo-sínodo en Lviv, provocando en los pastores y en los fieles decenios de sufrimiento”.

Por eso, el Papa asegura que en el recuerdo de estos sucesos, “inclinamos la cabeza con profunda gratitud frente a aquellos que, también con el precio de tribulaciones e incluso del martirio, durante este tiempo han testimoniado la fe, vivida con devoción en la propia Iglesia y en unión indefectible con el sucesor de Pedro”.

Al mismo tiempo –prosigue Francisco– con ojos iluminados por la misma fe, miramos al Señor Jesucristo, poniendo en Él, y no en la justicia humana, toda nuestra esperanza. “Él es la fuente verdadera de nuestra confianza para el presente y el futuro, estando seguros de ser llamados a anunciar el Evangelio también en medio de cualquier sufrimiento o dificultad”, precisa.

Asimismo, el Santo Padre expresa su profundo reconocimiento por su fe y los anima a “hacerse incansables testigos de esta esperanza que hace más luminosa nuestra existencia y la de todos los hermanos y hermanas a nuestro alrededor”.

También renueva su solidaridad con los pastores y fieles por lo que hacen en este tiempo difícil, marcado por las tribulaciones de la guerra, para aliviar los sufrimientos de la población y para buscar los caminos de la paz para Ucrania.

Para concluir con su mensaje, el Pontífice recuerda que en el Señor están nuestra valentía y nuestra alegría. Y finaliza: “A Él me dirijo, a través de la intercesión de la beata Virgen María y de los mártires de vuestra Iglesia, para que el consuelo divino ilumine los rostros de vuestras comunidades en Ucrania y en otras partes del mundo”.

Historia
El 8 de marzo se cumplen 70 años de un triste hecho ocurrido en la Iglesia greco-católica de Ucrania, prácticamente desconocido por los católicos, especialmente las jóvenes generaciones. Un pseudo-sínodo, atentando gravemente contra la unidad de la Iglesia, bajo presión soviética y con la complicidad de la Iglesia Ortodoxa, decidió unir la Iglesia Greco-Católica Ucrania a la Iglesia Ortodoxa Rusa y romper con la Santa Sede.

“Fue un viernes por la mañana, el 8 de marzo de l946, los delegados de la asamblea, habiéndose primero fortalecido con 100 gramos de vodka y 200 de vino durante el desayuno, se reunieron en la catedral de San Jorge para cumplir con la declaración de la unificación con los ortodoxos rusos. El acto fue preparado en todos sus detalles y bajo fuerte custodia policial: a las 10 todos los reunidos en la catedral cantaron el oficio al Espíritu Santo y luego comenzó su trabajo la asamblea. Los participantes, 216 sacerdotes y 19 laicos, con la dirección de los sacerdotes Kostelnyk, Pelvets’kyi y Melnyk, más dos sacerdotes apóstatas: Pavlosyuk y Vanchyts’kyi, que hicieron de secretarios”.

Así describe el comienzo de esta parodia el profesor Bohdan Bochyurkiv en su libro “La Iglesia Greco-Católica Ucrania y el Estado socialista (1939-1950)”.

Desde aquel día comenzó la trágica historia y al mismo tiempo un período de heroísmo en la historia de la Iglesia Greco-Católica Ucrania. Un período cruel y duro de cárceles, deportaciones, violaciones, confiscaciones, contra todos los que por su fe y patriotismo no se doblegaron ante la máquina del totalitarismo.

“El renacimiento de la Iglesia después de medio siglo de violenta represión, fue el testimonio de que a la verdadera fe no se la puede destruir”, dijo el entonces presidente de Ucrania, Víctor Yuschenko, en la carta enviada al clero y fieles de la Iglesia Greco-Católica Ucrania en ocasión de cumplirse el 60º aniversario del pseudo-sínodo de 1946.

Para recordar aquel funesto acto eclesial, sucedido hace 60 años en Lviv, el pasado 8 de marzo de 2006 en la catedral arzobispal de San Jorge se llevó a cabo una solemne celebración litúrgica, presidida por Su Beatitud Arzobispo Mayor y Cardenal Lubomyr Husar, a quien acompañaron todos los obispos de la Metropolía de Kyiv-Halych, y en la que participaron numerosos sacerdotes, religiosas y fieles.

Antes de su homilía, el cardenal Husar leyó la carta que recibió de Benedicto XVI con motivo del aniversario del pseudo-sínodo de 1946. Entre otras cosas el Pontífice escribía: ”Lamento que en esos tristes días de marzo de 1946 un grupo de eclesiásticos, reunidos en un pseudo-sínodo, se atribuyeran el derecho de representar a la Iglesia, cometiendo un grave delito contra la unidad de la Iglesia. Después de éste se produjo la persecución contra todos los que permanecieron fieles a la unidad con el Obispo de Roma provocando innumerables sufrimientos, y obligando a la Iglesia a pasar al silencio. Pero, a pesar de los tremendos sufrimientos y pruebas, la Divina Providencia no permitió que desapareciera esta comunidad que por siglos fue considerada legal y parte viva de la identidad del pueblo ucranio. La Iglesia Greco-Católica Ucrania, continuaba con su ejemplo testimoniando que la Iglesia de Cristo es una, santa, universal y apostólica”.

Finalizada la lectura de la carta, Su Beatitud se dirigió a los participantes del oficio Divino: obispos, sacerdotes, religiosas y fieles que confesaron su fe católica durante la persecución comunista y permanecieron fieles a su Iglesia: ”Nosotros en estos días meditamos no sobre lo que sucedió entre las paredes de este templo del 8 al 10 de marzo de 1946, sino sobre lo que acaeció luego del 11 de marzo de 1946 durante 60 años. Meditamos sobre este hecho, de cómo nosotros, hijos fieles de la Iglesia, podemos hoy libre y abiertamente rezar entre los mismos muros de este santo templo y orar al Señor Dios. Nos preguntamos ¿cómo pudo suceder, que a pesar del poder y la fuerza con las que contaba el sistema ateo para liquidar a nuestra Iglesia, la Iglesia Greco-Católica Ucrania pudo sobrevivir? Pudo hacerlo gracias a los mártires y confesores y a todos los fieles que heroicamente sufrieron por la fe y estuvieron dispuestos a cumplir la voluntad de Dios. Esto nos anima a celebrar durante la cuaresma este acontecimiento, porque vemos el amor de Dios hacia nosotros, por la fidelidad de sus fieles, y por ello no podemos menos que celebrar”.

Finalizada la Liturgia Pontifical todos cantaron el himno “Dios grande y uno”.+

This entry passed through the Full-Text RSS service - if this is your content and you're reading it on someone else's site, please read the FAQ at fivefilters.org/content-only/faq.php#publishers.

Etiquetas:

Publicar un comentario

[facebook][blogger][disqus]

Diocesis de Celaya

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets