En vísperas del Día del Pontífice, destacan las figuras de San Pablo y San Pedro
Buenos Aires (AICA): El director nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP), presbítero Dante De Sanzzi, explicó que el 29 de junio es la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, en la que se recuerda a quienes fueron “apóstoles y amigos de Jesús”. “La Iglesia conmemora el martirio de aquel al cual le encomendó el cuidado de su Iglesia, el apóstol Pedro: ‘sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’, a quien le entregó las llaves del Reino de los cielos, con su mismo poder para atar y desatar, es decir, poder de decisión en los temas concernientes a una Iglesia que va naciendo y se pone en camino; a caminar como Iglesia misionera”, indicó en una reflexión por esta jornada. También destacó la figura del apóstol Pablo, quien tras su conversión y bautismo, fue el primer “gran misionero” más allá de su frontera, y valoró su aporte a la Iglesia.
“La Iglesia conmemora el martirio de aquel al cual le encomendó el cuidado de su Iglesia, el apóstol Pedro: ‘sobre esta piedra edificaré mi Iglesia’, a quien le entregó las llaves del Reino de los cielos, con su mismo poder para atar y desatar, es decir, poder de decisión en los temas concernientes a una Iglesia que va naciendo y se pone en camino; a caminar como Iglesia misionera”, indicó en una reflexión por esta jornada.
“Le pide a Pedro el cuidado de las ovejas, con una palabra que hoy la Iglesia la hace sonar fuerte e intenta vivir: ‘apacienta’. Apacentar es acompañar, aliviar, caminar con ese pueblo agobiado por las angustias y pesares que puede tener a veces la vida. Pedro pasa a ser la ‘figura’ de Jesús, el misionero del Padre. El que tiene que ir animando a los otros discípulos, enviándolos a la misión y a los cuales convoca a rezar para tomar decisiones. El que negó tres veces al maestro, pero tres veces le dio su declaración de fidelidad”, agregó.
Tras indicar que “Pedro era pescador de oficio, pero esto muestra que el Señor no hace acepción de personas cuando llama a misionar. Hace falta un corazón abierto y sincero”, pidió no dejar de lado la figura de Pablo de Tarso.
“Al principio un celoso perseguidor de la Iglesia de Jesús, pero convertido en el camino a Damasco cuando perseguía a otros cristianos. Ciego y disminuido por el Padre, entendió que es perder el tiempo ir contra Dios. A partir de aquí, el Señor utilizó toda la dialéctica e inteligencia de Saulo, para que una vez bautizado con el nombre de Pablo, que significa ‘el más pequeño’, lo lance como el primer ‘gran misionero’ más allá de su frontera”, precisó.
El presbítero De Sanzzi se atrevió a decir “luego de Nuestro Señor Jesucristo, a nadie le debe tanto la Iglesia como al apóstol Pablo”, y consideró que “sus innumerables andanzas misioneras corroboran esta opinión”.
“En este día, en que también rezamos por el Papa, ya que es su día, la Iglesia recuerda el martirio de estos dos amigos del Señor. Que estos ejemplos de caridad, de hermandad, de fortaleza en la adversidad, de alegría en el servicio sacerdotal, nos impulse a la misión sin fronteras de cada uno de nosotros. Sobre este fundamento de los apóstoles se edifica nuestra fe. Dios así lo quiso. Hombres de carne y hueso lanzados a la misión de cada día, sin saber que les esperaba, pero con la certeza de que la esperanza no defrauda. Vivamos así también nuestra misión”, concluyó.+
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