Frassia llamó a las comunidades parroquiales vivir aún más el mandato evangelizador
Monte Chingolo (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, hizo un fuerte llamamiento a las comunidades parroquiales de Santa Inés, Santo Domingo, Nuestra Señora de Itatí, San Expedito y Santiago Apóstol para evaluar si están viviendo el mandato evangelizador y si se hace el esfuerzo necesario para que llegue a todos. Lo hizo en una celebración eucarística en la que monseñor Alejandro Alonso asumió la conducción pastoral de la comunidad de Santa Inés, en Monte Chingolo.
El obispo agradeció la tarea realizada por el padre Sailer, así como también la disposición obediente de monseñor Alonso, en una misa celebrada el sábado 15 a las 18.30, y a la cual asistieron los fieles de las parroquais Santa Inés, Santo Domingo, Nuestra Señora de Itatí, San Expedito y Santiago Apóstol.
Como en todo nombramiento, que implica la partida de un referente y la llegada de otro nuevo, se generan sentimientos encontrados. En este sentido, el obispo agradeció a los fieles la aceptación de los cambios y les pidió que el dolor "nunca impida el amor a Dios y el amor a la Iglesia".
"Nunca se cansen de amar y de servir. Porque nosotros seguimos a Dios, no seguimos a los hombres. Y Dios nos va marcando su presencia a través de este, de aquél o de otro sacerdote", resumió.
La reflexión sobre el evangelio
El obispo comentó el pasaje del evangelio en el que María Magdalena se presenta en la sobremesa de una comida que Jesús mantuvo con un fariseo y le enjuaga los pies con sus lágrimas, en señal de arrepentimiento y pidiéndole el perdón de sus pecados. " Tenemos que reconocer que todos nosotros somos pecadores", indicó.
"Pero también los pecadores tenemos que tener una respuesta al llamado de Dios que nos pide reconocer nuestras fragilidades, nuestros pecados, nuestras miserias, para que Dios pueda tornarlas en misericordia -continuó-. Pero si pensamos que no tenemos pecados, como se piensa en la sociedad, como cuando decimos que 'son los otros los que están mal, nosotros estamos bárbaro', viviremos negando las cosas".
El obispo dijó que Dios, que es rico en misericordia, toma nuestras miserias si uno se las ofrece, pero para ello se requiere la voluntad del hombre dispuesta: "Si uno no se le ofrece, las cosas van a seguir igual; y si siguen igual van a ser peor, porque, con el andar del tiempo, las cosas involucionan. Si no pasamos a la calidad de vida, a la verdad en la vida, ¡nunca vamos a experimentar la alegría de esa misericordia y de esa ternura de Dios!".
El obispo concluyó su homilía pidiendo al Señor por las comunidades presentes, para que sus pastores las ayuden, las acompañen y las conduzcan. "Que Dios sea tan bendito y que en toda la comunidad, lo importante es que el Señor sea reconocido. Las personas pasamos pero su espíritu está siempre".+
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