Acto por la vida en una plaza de Rosario

Rosario (Santa Fe) (AICA): “Es preferible llevar un chico vivo en brazos a un chico muerto en la conciencia”, frase del genetista francés Jerome Lejeune que citó uno de los oradores en un acto por la vida que reunió anoche a más de 500 personas en una plaza de Rosario. Carlos Robledo, de la Red de Familias, dijo que “no existe aborto no punible: todo aborto es punitivo, castigador de la mujer y del bebé”. En el acto se rechazó un protocolo sobre aborto impulsado por el Ministerio de Salud. “Soy médica y no me van a obligar a hacer un aborto”, dijo María José Mancino, psiquiatra. Una docente, casi ciega, dio un testimonio de cómo dijo sí a la vida y tuvo a su hijo aunque había sido abandonada, y una sobrina del médico Esteban Maradona, que se bajó de un tren para atender a una parturienta, dijo: “El estaba a favor de la vida”.
“Es preferible llevar un chico vivo en brazos a un chico muerto en la conciencia” fue una frase del genetista francés Jerome Lejeune que citó uno de los oradores en un acto por la vida que reunió anoche a más de 500 personas en la céntrica plaza San Martín de Rosario.

Carlos Robledo, de la Red de Familias, dijo que “no existe el aborto no punible: todo aborto es punitivo, castigador de la mujer y del bebé”. Y señaló que “estamos en presencia de un nuevo terrorismo de Estado”, en referencia al protocolo para la atención de personas “con derecho a la interrupción legal del embarazo”, del Ministerio de Salud de la Nación, que “siembra el terror” pero “no tiene obligatoriedad legal para nada”.

Había mucha gente joven –también familias con chicos- con globos y leyendas tales como “Promujer, probebé, provida”, “Amemos a los dos”, “Papá, vos también decidís”, y un gran cartelón naranja decía: “Ni una menos ni un aborto más”.

Patricia Cattaneo, pastora evangélica, presidenta del movimiento Levantemos la Voz, dijo que “hay cosas que no se nos dicen”: que después del aborto viene la depresión, la culpa, daños psíquicos y físicos; que hay grupos económicos que quieren hacer negocios millonarios; que los hospitales de un sistema de salud ya defectuoso van a disminuir su atención de muchos problemas para derivar recursos a los abortos, a destruir vidas.

Con singular fuerza, expresando un vivo convencimiento, señaló que el protocolo contradice a la Constitución, al Código Civil, a tratados internacionales, y atropella la objeción de conciencia y la libertad religiosa. Citó a Martin Luther King, a Nelson Mandela y a las Madres de Plaza de Mayo al exaltar la lucha por la vida.

También hicieron breves aportes Diego Benítez, de Valores para mi País (agrupación que encabeza la ex diputada nacional Cynthia Hotton); Gabriela Quadri, de la Red de Familias, y la joven Paula Almada, universitaria.

Verónica Baró Graf habló “como médica, como mamá, como mujer” y se preguntó quién quiere que una mujer termine con la vida de su hijo. Baró Graf fue candidata a vicegobernadora de la provincia por el Frente Renovador. Abogó por que toda mujer embarazada tenga la protección para su hijo que merece.

Nicolás Mayoraz, abogado de grupos pro vida, instó a acompañar a médicos y enfermeros que son perseguidos por oponerse a realizar abortos.

“Soy médica y no me van a obligar a hacer un aborto”, expresó María José Mancino, psiquiatra, de Médicos por la Vida, cuya protesta alcanzó ya casi 30.000 adhesiones (https://mail.google.com/mail/u/0/?tab=wm#search/mancino/14e2a1b73b8319b0).

Fuera de lo programado, sorprendió al subir al estrado una maestra jardinera de una escuela en el barrio de Las Flores, con anteojos oscuros y un bastón de ciego para caminar, y acompañada, ya que tiene baja visión. Dio un testimonio personal: “En 1994 tuve la bendición más grande que me podía haber dado el Señor, un hijo hermoso”. Y precisó: “Fui mamá abandonada, porque el novio de ese momento me abandonó, pero yo dije sí a la vida, a ese bebé que se estaba gestando”. Gabriela Cafaarelli, tal su nombre, expresó que cuatro meses después de nacer, su hijo murió. ¿Por qué?, se preguntó. Y se respondió: “Yo no puedo decir: ¿por qué no a mí?, al perder lo más hermoso que pude tener en la vida”. Recordó que recién a los tres años sus padres se dieron cuenta de que ella no veía, porque se acercaba a la pantalla del televisor. Y señaló: “Lo más bello que me pasó en la vida es seguir diciendo sí a la vida, al amor, al dolor, a la entrega, a lo que tenga que ser mi vida. Como esa mujer que dijo sí –dijo refiriéndose a María- y pudo nacer Jesús”.

Luego subió una señora sobrina del doctor Esteban Maradona y recordó que este destacado médico se bajó de un tren en una parada en un pueblo de Formosa para atender a una mujer parturienta que no podía tener su hijo. Y se quedó allí más de medio siglo, atendiendo a una comunidad indígena, hasta que en 1986, muy enfermo, se radicó en Rosario, donde murió a los 99 años, en 1995. “El estaba a favor de la vida”, concluyó.+ (Jorge Rouillon)

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