La carta del obispo comienza con una cita del pasaje de la Biblia, en el Antiguo Testamento, donde el Señor le ordena al pueblo elegido: "Declararán santo el año cincuenta y proclamarán la liberación para todos los habitantes del país. Será para ustedes año jubilar", y recordar las palabras del primer obispo de la Prelatura, monseñor Diego Gutiérrez Pedraza OSA: "Somos continuadores de la obra de Cristo. Y Cristo nos dio como señal de mesianidad la evangelización de los pobres. Esa ha de ser, pues, nuestra misión", monseñor Jiménez expresa: "Somos continuadores de la obra de Cristo" y nos gozamos por ello. Hacemos memoria de nuestro pasado, de quienes nos han precedido. Memoria agradecida, piadosa, entrañable. Por eso celebramos con alegría los 50 años de la creación de nuestra Prelatura convocando a un año jubilar desde el 7 de octubre de 2018 hasta el 7 de octubre de 2019, coincidiendo con la fiesta patronal de nuestra Patrona, la Virgen del Rosario.
Seguidamente, tras extenderse en la exposición de algunos conceptos referidos a la memoria y a la tradición, recordando la actuación de monseñor Gutiérrez Pedraza en los comienzos de la Prelatura, monseñor Jiménez expresa que "necesitamos que este Jubileo se convierta en cauce para manifestar nuestro compromiso evangélico desde la pluralidad carismática de nuestra Prelatura, particularmente para el desarrollo de los ministerios laicales y el fomento de las vocaciones sacerdotales y de particular consagración al servicio de nuestro pueblo. Será el mejor homenaje que podemos hacer a quienes nos han precedido. Es nuestra deuda también para con el futuro, para con la Iglesia que hemos de transmitir a las nuevas generaciones, llena de vitalidad evangélica, humilde, agradecida, siempre abierta a la gratuidad".
"Junto con toda la Iglesia -dice más adelante el prelado en su carta- queremos renovar nuestro dinamismo evangelizador. Como nos propusieron nuestros obispos en el documento Navega mar adentro (mayo de 2003 - Actualización de las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización), queremos asumir un nuevo dinamismo pastoral y recrear un intenso ardor evangelizador. El Gran Jubileo del año 2000, como toda experiencia de gracia, ha cumplido la función de desentumecer nuestras piernas para el camino que nos espera. Convertirnos es también renunciar a la inercia y a la comodidad. Hay un nuevo camino que emprender, colmados de una esperanza que no defrauda. No vale la pena demorar la partida".
"La novedad del Jubileo de la Prelatura nos anima a continuar disponiendo nuestras personas para el servicio del Reino de Dios, a transitar con Jesús y su Evangelio los caminos de la vida en este Valle Calchaquí del siglo XXI.
"Sin duda que nuestros hermanos de mañana gozarán con los dones que Dios nos concede hoy y con el dinamismo que sigamos en nuestro compromiso por el Reino. También ellos vivirán reconciliados con su historia personal y comunitaria en la memoria de quienes vivimos las circunstancias y los tiempos que nos corresponden, con nuestras limitaciones, con nuestros pecados, pero con la audacia de asumir los desafíos de la realidad con Jesús. Es Él quien nos acompaña y nos muestra los caminos de su Evangelio".
El obispo prelado de Cafayate, monseñor José Demedtrio Jiménez OSA, concluye su extensa carta pastoral en estos términos:
"¿Será este año jubilar tiempo oportuno para que la verdad brille, la justicia se concrete, el amor se difunda entre los cristianos y en todo nuestro Valle Calchaquí? ¿Pondremos de nuestra parte lo que nos corresponde como Iglesia Católica?
"Invitamos a las personas de buena voluntad, a los hermanos de otras confesiones y religiones, a las instituciones civiles y religiosas, a las autoridades gubernamentales, legislativas y judiciales, a las escuelas y colegios, a los institutos terciarios y las unidades universitarias, a las empresas y los trabajadores, a los varones y las mujeres de nuestra tierra… a aprovechar la oportunidad que se nos brinda y hacer de nuestro hermoso Valle un ámbito de paz, en el que se pueda vivir la plenitud propia de nuestra limitación, donde a nadie le falte lo necesario para una vida digna: «tierra, techo, trabajo», según el decir de nuestro papa Francisco.
"¿Será este año jubilar oportunidad para que se cumpla el anhelo de monseñor Diego Gutiérrez Pedraza OSA, cuando citaba los versos de José María Pemán (1897-1981) en su propuesta pastoral, el día de su toma de posesión como Administrador Apostólico de la Prelatura, sencillamente coherente con el que sería su lema episcopal: «En todo caridad»?
«Ni voy de la gloria en pos / ni torpe ambición me afana, / y al nacer cada mañana / tan sólo le pido a Dios / casa limpia en que albergar, / pan tierno para comer, / un libro para leer / y un Cristo para rezar».
"Abrámonos a la gracia que se nos concede para seguir a Jesús, como hizo en su tiempo monseñor Diego, cuyo proceso de beatificación abriremos oficialmente el 8 de septiembre de este año 2018.
"Hagamos memoria agradecida de nuestro pasado, vivamos intensamente la Buena Noticia en el presente, edifiquemos evangélicamente nuestro futuro.
"Nos encomendamos a la intercesión de la Virgen del Rosario, nuestra patrona, que 'sentadita' nos espera con el mismo amor con que antaño visitaba los parajes más alejados de nuestra geografía.
"Y comprometámonos a orar por la pronta beatificación de nuestro primer obispo, monseñor Diego Gutiérrez Pedraza OSA, pidiendo a Dios por su intercesión las gracias que necesitamos para continuar edificando nuestra Iglesia en fidelidad al Evangelio".+
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