Mons. Marcelo Margni será ordenado obispo el 16 de marzo
El nuevo obispo auxiliar agradeció los saludos, muestras de afecto y buenos deseos recibidos desde el 5 de diciembre, cuando el papa Francisco dio a conocer el nombramiento, e invitó a la comunidad a participar también de una fiesta popular diocesana, que será el domingo 18 de marzo a las 11 en la Casa de Encuentros “Santo Cura Brochero”.
“Me encomiendo a sus oraciones. En esta hora de la historia y del camino de la Iglesia, en la que el Espíritu nos llama e impulsa a vivir y testimoniar juntos el Evangelio, consciente de mis limitaciones, me confío una vez más a la fidelidad de Dios y a la intercesión de tantos testigos de Cristo a lo largo de los siglos”, expresó.
“Todo obispo está llamado a ser —con su palabra, su acción y su vida— imagen de Cristo pastor en medio de una comunidad diocesana. Como obispo auxiliar, sin embargo, yo no seré el primer responsable de la animación pastoral de una diócesis, sino que colaboraré con otro obispo en la diócesis confiada a su cuidado”, explicó monseñor Margni, y reconoció que vive este momento “como una gracia estar al lado de nuestro padre obispo Carlos, en quien reconozco a un «pastor con olor a oveja», ir aprendiendo junto a él el oficio de pastor, y seguir colaborando en su ministerio ahora como obispo del mismo modo que lo hice como presbítero”.
El lema: «Según tu palabra»
“En el bello relato de la Anunciación, el evangelista nos ha transmitido la respuesta de la Virgen al anuncio de que sería madre del Mesías: «Yo soy la servidora del Señor. Hágase en mí según tu palabra». De esta respuesta he tomado el lema para mi episcopado: «Según tu palabra»”, explicó el prelado.
“Como hombre de fe, primereado por el amor de Dios, busco encontrar su palabra, discernir su voluntad. Ante la etapa que se abre en mi vida, experimenté la tentación de negarme o esconderme a este nuevo llamado, para el que me siento indigno, incapaz”, reconoció.
“En los últimos años tuve la alegría y la responsabilidad de acompañar a jóvenes, y especialmente a los seminaristas de nuestra diócesis, en su propio discernimiento de las llamadas de Dios. Esta tarea de acompañar y orientar me fue enseñando a buscar con transparencia y encontrar la valentía para escuchar la palabra de Dios y, al escucharla, responder con confianza y sencillez”, añadió.
“Sin lugar a dudas, el modelo de esta respuesta es el sí de María. Eso quiero para el ministerio: responder como ella, tan sencilla, tan confiada, para sumarme a la expresión de una humanidad, de una Iglesia que dice: «Yo soy la servidora del Señor. Hágase en mí según tu palabra»”, afirmó.
El obispo hizo mención también de otros tres “testigos del Evangelio” a quienes siente cercanos: el santo Cura Brochero, monseñor Enrique Angelelli y, en especial, monseñor Jorge Novak.
El escudo
Llamado a servir al pueblo de Dios como obispo, “quise expresar a través de este escudo algo de mi identidad y de mis propósitos para el ministerio que se me confía”, manifestó monseñor Margni.
“Mi escudo está basado en el escudo de mi familia paterna, que todavía se conserva en su tierra natal. De este escudo modesto, propio de una familia de artesanos, he tomado los colores (azul y blanco, los mismos que en la heráldica de nuestro escudo nacional) y esa doble figura en forma de «M». Al basarme en ese escudo tradicional quise expresar, sobre todo, mi gratitud hacia las generaciones que me precedieron: hacia mis padres, mis abuelos y mi familia, en primer lugar, pero también hacia la comunidad que me recibió como hermano en la fe”, añadió.
“En el centro del escudo, su punto de honor, una cruz señala a Cristo, Señor de todo. Con el apóstol Pablo reconozco en él, en su Evangelio, el corazón del ministerio al que soy llamado: «Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio!»”, explicó.
Finalmente, “casi al pie, como sosteniéndolo todo, cuatro estrellas evocan los cuatro cauces de identidad fundacional de nuestra diócesis: la opción preferencial por los pobres, la misión evangelizadora, la defensa de los derechos humanos y el compromiso con la unidad de los cristianos. Son los rasgos que marcaron el ministerio de nuestro primer pastor, el Padre Obispo Jorge Novak; son los caminos por los que el Espíritu fue guiándonos como Iglesia diocesana; son luces que también ahora vienen a iluminar y orientar nuestro caminar”.
“Todo el escudo se apoya sobre un báculo, signo del oficio del pastor, y lleva debajo una leyenda con el lema de mi episcopado: «Según tu palabra»”, concluyó.+
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