En su mensaje, el obispo comienza refiriéndose a “la verdadera mano de Dios”. La mano de Jesús, mencionada en diferentes pasajes del Evangelio, es instrumento de signos y milagros. Incluso el salmista exclama “mi alma está unida a ti, tu mano me sostiene”. Monseñor Mestre invita, como este creyente del Antiguo Israel, a “proclamar con claridad que su mano nos sostiene”, y a renovar cada día esa experiencia: el encuentro con Dios “que se acerca y que con su mano nos sostiene, nos levanta y sana nuestro corazón”.
En segundo lugar, el prelado hizo hincapié en la vocación: “ser instrumentos de la mano de Dios en el mundo”. En este sentido, afirma que “si esta experiencia de encuentro con la verdadera mano de Dios es realmente profunda, sella nuestra vida de tal manera que se transforma en auténtico camino vocacional”.
“¿No es acaso nuestra común vocación cristiana ser instrumentos de la mano de Dios en el mundo? Los discípulos misioneros que se dejan sostener por su mano, son con sus propias manos instrumentos de la mano de Dios en el mundo”, continúa, y recuerda que “darle la mano a alguien es responder al llamado vocacional de Dios que nos invita a ser sus manos en el mundo. Por eso, como instrumentos del Señor, tenemos que estar siempre dispuestos a dar una mano en el servicio pastoral a los niños, los jóvenes, los ancianos, los enfermos, los más pobres”
Finalmente, con el objetivo de “discernir y profundizar la vocación”, el obispo recuerda que “el que se deja sostener por la mano de Dios podrá ser servidor del Señor y con sus propias manos será artífice del poder de Dios en el mundo consolando, sosteniendo, acompañando y ayudando a sanar toda herida del camino de la vida”.
“La gran vocación del cristiano es sentirse sostenido por la mano de Dios y ser instrumento en el mundo con sus manos de la misma mano de Dios”, insiste monseñor Mestre, y exhorta a los fieles a reflexionar en base a una serie de preguntas sobre la vocación.
“La verdadera mano de Dios también sostiene y levanta a todos aquellos jóvenes que hoy tienen que discernir y definir su vocación. Dejémonos tocar por la mano de Dios y seamos para nuestros hermanos, para nuestro agitado mundo contemporáneo, instrumentos eficaces de la mano de Dios que sostiene, sana, levanta y libera”, concluye.
Entre las actividades destacadas de la Semana Vocacional, se encuentran la misa del lunes 5 de febrero, que se celebrará en la catedral de los Santos Pedro y Cecilia a las 20 y será ocasión para conmemorar el 20° aniversario del fallecimiento del cardenal Eduardo Pironio. Además, el obispo admitirá al seminarista Nahuel Dejean a las sagradas órdenes. También se podrá visitar la muestra con fotos, frases e información sobre la vida de quien fue el segundo obispo de Mar del Plata.
El 8 de febrero a las 20.30 habrá una adoración juvenil en las escalinatas de la catedral y el 9 de febrero a las 20, en la solemnidad de la dedicación de la catedral, el obispo entregará el ministerio del acolitado a los seminaristas Juan Pablo Arrachea y German Kailer.
La semana culmina el fin de semana del 10 y 11 de febrero con la colecta por las vocaciones; y con la gran fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. La misa será presidida por el obispo a las 19 en la Gruta del puerto marplatense.+
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