Monseñor Eduardo Martín pidió unidad entre el trabajo y el pan, y el pan y el trabajo
Las actividades comenzaron a la medianoche en el Santuario de San Cayetano, con misas cada hora que convocaron a centenares de personas. La procesión que recorrió las calles de Rosario llevando la imagen del patrono del pan y del trabajo partió a las 15 desde el Santuario y culminó con una misa en la plaza Libertad, en la que monseñor Martín llamó a reflexionar sobre la fe, el pan, el trabajo y la dignidad.
“La fe es la raíz de todo, con ella podemos agradar a Dios, alcanzar la vida eterna”, señaló el arzobispo, y mencionó que el tesoro de nuestra vida debe estar, “como lo tuvieron Abraham y San Cayetano: en Dios”. Ponerlo en la riqueza y en la avaricia es, por el contrario, una idolatría dañina.
“Qué distinta sería la vida si viviéramos conforme a estas palabras del Evangelio, y entonces en nuestra querida patria cuántas situaciones no tendríamos que vivir”, reflexionó monseñor Martín, “porque si se vive conforme a la fe y se está en donde se tiene que estar, entonces nace una mirada distinta sobre las cosas y sobre las personas”.
El arzobispo se dirigió a la multitud presente en la plaza Libertad, que se acercó a agradecer o pedir a San Cayetano por el pan y el trabajo: “Creo que es importante reflexionar sobre estas dos palabras: pan y trabajo. Las dos tienen que ir siempre juntas, no puede ir una sin la otra”.
“El pan tiene que llegar a la mesa con el sudor de la frente. El trabajo es el mandato de Dios, pero si busco el trabajo y no lo tengo, entonces el trabajo es necesario”, señaló, y recordó que “es un derecho humano, como dice el Papa, junto con la tierra y el techo”. Por lo tanto, “cuando pedimos trabajo para llevar el pan, pedimos dignidad”, y por eso “es necesario un trabajo que no sea explotación, sino que lleve el pan a la casa”
El arzobispo aclaró que cuando se habla del pan, se trata de “el alimento, la salud, el techo, la vivienda”, que son “un conjunto de condiciones que hacen que la persona pueda sostener su familia, integrarla y progresar mínimamente”. Para finalizar, monseñor Martín pidió para la Argentina “la unidad entre el trabajo y el pan, y el pan y el trabajo”.+
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