Mons. Martínez: “En Cuaresma, madurar el discipulado y la misión”
“La Cuaresma es un tiempo de gracia y misericordia que requiere de nosotros abrirnos con humildad a revisar nuestras vidas como el hijo pródigo que siente la necesidad de volver a la casa de su Padre”, sostuvo.
En su carta pastoral de Cuaresma, monseñor Martínez expresó su preocupación por el crecimiento del secularismo, es decir, “una sociedad que niega sin discutir, la existencia de Dios, o bien la silencia o directamente la omite”, por lo que advirtió que este es un tiempo en el que “la verdad está en crisis”.
El prelado reflexionó también sobre la verdad, la libertad y la conciencia, y ofreció una serie de “recomendaciones pastorales”, entre ellas propuso ahondar en la búsqueda de la verdad, y en el ejercicio de la libertad como signo eminente de la dignidad humana, además de procurar una mayor comprensión de la conciencia como el “sagrario” de la persona.
“Necesitamos renovar nuestro encuentro con Jesucristo el Señor y debemos profundizar el camino del discipulado siendo veraces y considerando que la verdad nos dará la libertad para ver y discernir desde nuestra propia conciencia los criterios y opciones de la vida cotidiana. Este discipulado y misión sabemos que no consisten es una experiencia individualista que, de ser así, nos llevaría a un subjetivismo, sino que siempre implica un camino eclesial y comunitario. Como pueblo de Dios podemos vivir la fe, la esperanza y el amor”, subrayó.
“Así, caminamos en este tiempo cuaresmal sabiendo que el misterio de la Pascua, de la muerte y resurrección de Jesucristo el Señor celebrado en la liturgia de la Iglesia se debe hacer carne en nosotros para morir y vivir en Él. Queridos hermanos y hermanas que estas semanas nos permitan pascualizar nuestras vidas y madurar nuestro discipulado y nuestra misión. Que se nos llene el corazón de alegría al tener la certeza de que la verdad nos hará libres”, concluyó.+
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