Francisco fue recibido en el escenario montado sobre la ladera de la montaña por un coro de niños. Allí le dedicaron canciones, y antes de dejarlos, Francisco les dedicó unas palabras: “Felicito al coro. ¡Cantan muy bien! No se olviden de rezar por mí”.
Al momento de la bendición, el Papa expresó: “Humildemente te pedimos, Señor, que mires con bondad a los hijos de esta tierra, que imploran tu bendición. Que al mirar esta cruz, que ilumina la vida de las familias, de los niños, de los jóvenes y de todos los que sufren, reciban tu consuelo y tu compañía, y se sientan invitados al seguimiento de tu Hijo”.
“Les imparto la bendición de Dios todopoderoso, y que el Espíritu Santo descienda sobre todos ustedes y sobre toda esta ciudad”, dijo el Papa. Una vez concluida la ceremonia, Francisco fue llevado al aeropuerto para tomar un vuelo hacia Santiago de Cuba, donde se encuentra el santuario de Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre, la más popular advocación mariana.
Mientras la comitiva papal se despedía, el coro de niños interpretó temas infantiles de la cantautora argentina María Elena Walsh.+
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