Mons. Arancedo: “Si tuviera que redefinir mi vida, volvería a ser sacerdote”
Monseñor Arancedo, que fue el cuarto obispo de Mar del Plata antes de ser arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, fue acompañado por numerosos fieles. Concelebró la Eucaristía el obispo diocesano, monseñor Gabriel Mestre, y gran parte del clero diocesano. El obispo emérito, monseñor Antonio Marino, hizo llegar un saludo a monseñor Arancedo, en el que expresó sus felicitaciones y su cercanía en la oración
En su homilía, el arzobispo santafecino se mostró agradecido por las muestras de afecto y aseguró que “volver a Mar del Plata es volver a recuerdos muy gratos”. “Mar del Plata fue mi primera diócesis, que me ha marcado con su riqueza, historia, personas y camino pastoral, especialmente junto a mis queridos sacerdotes y seminaristas, como la amistad y el compromiso de muchos laicos y religiosos. Hoy, después de 15 años, vengo a celebrar parte de esa historia que compartimos”, afirmó.
“Si volviera a tener que definir mi vida, volvería a ser sacerdote”, señaló el arzobispo e indicó “algunas certezas teológicas, espirituales y eclesiales” que acompañaron su vida sacerdotal y que le permiten reafirmar su vocación. “No me entiendo fuera de este camino que ha sido mi realización humana y espiritual en la vocación sacerdotal que, a pesar de las dificultades y límites, se fue acrecentando”, explicó.
“Además –agregó- creo que me ha acompañado siempre esa verdad profunda de la fe que es su dimensión escatológica, es decir, ese sentido de trascendencia que nos da, junto al compromiso con el hoy de la historia que nos toca vivir, esa sana distancia frente a las cosas y al espacio propio de este mundo grandioso pero no definitivo”.
Por eso, para el prelado, la imagen de Dios como Padre providente, que no se desentiende de sus hijos, también lo considera “otra idea fuerza” en su vida sacerdotal. “Él ha sido el que me ha elegido y no me ha abandonado”, aclaró.
“En este breve recorrido de mi vida de fe que ha dado sentido a mi vida sacerdotal, ocupa un lugar central la figura de Jesucristo”, añadió y manifestó que “el Buen Pastor desde mi ingreso al seminario fue modelando idealmente mi vida sacerdotal”.
Además, reveló que la figura del beato Pablo VI fue para él “una referencia eclesial en el modo de vivir esos tiempos de expectativas y esperanzas, pero no fáciles”.
Por último, el prelado aseveró que otra vivencia que guió y dio sostén a su vida sacerdotal fue la Iglesia. “Ella fue mi casa, es parte de mi fe con su rostro humano y divino, no siempre luminoso pero único y maternal, así la he conocido y así la he amado”, expresó y concluyó: “No sería un hijo agradecido si hoy no doy testimonio de lo que ella ha sido como espacio de mi realización humana, espiritual y sacerdotal”. Ver homilía completa.
Su biografía
Monseñor Arancedo nació en Buenos Aires el 26 de octubre de 1940 y fue ordenado sacerdote el 16 de diciembre de 1967 en Lomas de Zamora por monseñor Alejandro Schell, obispo de Lomas de Zamora.
Elegido obispo titular de Selemsele y auxiliar de Lomas de Zamora el 4 de marzo de 1988 por Juan Pablo II, recibió la ordenación episcopal el 6 de mayo de 1988 en la catedral de Lomas de Zamora por monseñor Desidero Elso Collino, obispo de Lomas de Zamora, y como co-consagrantes participaron monseñor Héctor Gabino Romero, obispo de Rafaela y monseñor Luis Teodorico Stöckler, obispo de Goya.
Trasladado como obispo de Mar del Plata el 19 de noviembre de 1991, tomó posesión de esta sede el 15 de diciembre de 1991, y fue promovido a arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz el 13 de febrero de 2003, cargo del que tomó posesión el 30 de marzo de 2003.
Es licenciado en Teología (Universidad Católica Argentina, Buenos Aires) y doctor en Derecho Canónico (Pontificia Universidad Gregoriana, Roma).
Monseñor Arancedo presidió la Conferencia Episcopal Argentina durante los trienios 2011-2014 y 2014-2017. Su lema episcopal: “Que todos sean uno”.+
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