Ciudad del Vaticano (AICA): “¡No se puede permanecer indiferente sabiendo que hay seres humanos comprados y vendidos como mercancías¡”, enfatizó el papa Francisco en el mensaje que envió a los fieles del Brasil con motivo del inicio de la “Campaña de fraternidad” que se realiza anualmente en Cuaresma y que este año aborda el tema “Fraternidad y trata de seres humanos”, y cuyo lema es: “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad”.
“Durante los próximos cuarenta días -escribe el Santo Padre- intentaremos ser más conscientes de la infinita misericordia que Dios nos dio y nos pidió que diéramos a los demás, especialmente a los más necesitados: "¡Eres libre! ¡Ve y ayuda a ser libres también a tus hermanos¡”.
“En este sentido, y con el deseo de movilizar a los cristianos y a las personas de buena voluntad de la sociedad brasileña contra una plaga social como la trata de seres humanos los obispos brasileños les proponen este año el tema: `Fraternidad y trata de seres humanos’”.
“¡No se puede permanecer indiferente sabiendo que hay seres humanos comprados y vendidos como mercancías¡ -enfatizó el obispo de Roma- Pensemos en los niños adoptados para la extracción de órganos, en las mujeres engañadas y obligadas a prostituirse, en los trabajadores explotados, sin derechos, ni voz, etc.”
“Esta es la trata de seres humanos. En este punto necesitamos un profundo examen de conciencia: ¿Cuántas veces toleramos, de hecho, que un ser humano sea considerado como un objeto, expuesto para vender un producto o para satisfacer deseos inmorales? La persona humana nunca tendría que comprarse y venderse como una mercancía. El que la usa y la explota, aunque indirectamente, es cómplice de esta opresión. Si después, se pasa al ámbito familiar, y entramos en una casa: ¡Cuántas veces la arrogancia reina allí también! Padres que esclavizan a sus hijos; hijos que esclavizan a sus padres; cónyuges que se olvidan de su llamada a este don y se explotan como si fueran productos de consumo, desechables”.
“Ancianos, agregó el Pontífice, sin un lugar en la sociedad y niños y adolescentes sin voz. ¡Cuántos ataques a los valores básicos del tejido familiar y de la misma convivencia social! Sí, necesitamos un profundo examen de conciencia. ¿Cómo se puede proclamar la alegría de la Pascua, sin ser solidarios con aquellos a los que en esta tierra se niega la libertad ?”.
“Esten seguros: Si ofendo la dignidad humana de los demás es porque antes he malvendido la mía ¿Y por qué? Para conseguir poder, fama, bienes materiales. Y todo esto a cambio de mi dignidad de hijo e hija Dios, salvada con el precio de la sangre de Cristo y garantizada por el Espíritu Santo que dentro de nosotros clama: “Abba, Padre".”
“La dignidad humana es igual para todos los seres humanos: Cuando pisoteo la del otro, pisoteo también la mía. ¡Y la libertad para la que Cristo nos liberó! Espero que los cristianos y las personas de buena voluntad se comprometan para que nunca hombre o mujer, jóvenes o niños sean víctimas de la trata de seres humanos. Y la base más eficaz de restaurar la dignidad humana es anunciar el Evangelio de Cristo en el campo y en las ciudades, porque Jesús quiere sembrar la vida en abundancia por todas partes”, concluyó Francisco.+
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