Cuaresma, oportunidad para salir del pecado y vivir en la luz



Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó sobre la Transfiguración del Señor en el monte Tabor, suceso relatado en el evangelio según san Mateo. El obispo destacó la manifestación de Dios Padre, que llama a escuchar a su Hijo, e invitó a “escuchar, obedecer y seguir” a Cristo dando testimonio con la vida. “Tenemos que salir del pecado para poder vivir una vida de luz, una vida de Su Presencia, una vida conforme a Su Palabra”, resumió.

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó sobre la Transfiguración del Señor en el monte Tabor, suceso relatado en el evangelio según san Mateo. El obispo destacó la manifestación de Dios Padre, que llama a escuchar a su Hijo, e invitó a “escuchar, obedecer y seguir” a Cristo dando testimonio con la vida.

Monseñor Frassia comentó en su alocución radial que Cristo, conociendo que se acercaba su Pascua, manifiesta su divinidad a Pedro, Santiago y Juan, y dijo que este gesto explica el sentido y la orientación de la vida cristiana, que supone el éxodo de la propia vida, en la que se camina hacia una meta con proyectos, ideales y aspiraciones que a veces son confusos.


El obispo destacó la manifestación de Dios Padre, que llama a escuchar a su Hijo: “Escuchar, obedecer y seguir, es el compromiso. Hoy prácticamente no escuchamos; oímos, nos aturdimos de cosas y nos olvidamos rápidamente lo que se nos dijo, o se nos compartió con el corazón abierto. Porque estamos llenos de cosas pero no estamos disponibles para escuchar a los demás”.


El obispo aconsejó tener una orientación hacia dónde ir, dónde dirigirse. Del mismo modo, invitó a “partir”, como los apóstoles: “Partir es salir de nuestros egoísmos, salir de lo opaco a la luz, hacer apostolado, dar testimonio, tener una vida abierta, transparente, diáfana, romper esclavitudes, romper límites, romper aquellas cosas que nos atan, nos asfixian y nos quitan las ganas de vivir.


“Tenemos que salir del pecado para poder vivir una vida de luz, una vida de Su Presencia, una vida conforme a Su Palabra. No depende de nuestro esfuerzo, depende de la presencia, en nosotros, del Resucitado. Dejémoslo obrar y viviremos como resucitados”, afirmó.+


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