San Fernando del Valle de Catamarca (AICA): El obispo de Catamarca, monseñor Luis Luis Urbanc, ordenó diáconos a los jóvenes Juan de Dios Gutiérrez, Martín Melo González y Diego Manzaráz, en el paso previo a su consagración sacerdotal, durante una celebración eucarística que tuvo lugar en la catedral y basílica de Nuestra Señora del Valle. “Vayan donde sufren los enfermos, los pobres, los marginados. Este tiene que ser el estilo de vida ustedes””, dijo monseñor Urbanc a los ordenandos.
La misa fue concelebrada por sacerdotes del clero local y de la arquidiócesis de Tucumán, y participaron seminaristas y una gran cantidad de fieles de la capital provincial y del interior, que se congregaron para acompañar a los jóvenes, que pasaron por comunidades de Belén y Capayán.
En su homilía, el obispo recordó la oración que Cristo hizo por ellos en la oración colecta: “Cristo mismo pide para ustedes tres cosas, que cada uno de ustedes sea disponible en la entrega, que sean mansos en el servicio y que sean perseverantes en la oración”.
Dirigiéndose a los feligreses presentes, el prelado les pidió de corazón que “recen por estos hermanos diáconos, con perseverancia como nos pide Jesús, para que sean mansos y disponibles para el servicio”. También recordó que el diaconado se inspira en la orden del Papa para “ir a las periferias, donde más gente sufre”.
“Vayan donde sufren los enfermos, los pobres, los marginados. Este tiene que ser el estilo de vida ustedes””, dijo monseñor Urbanc a los ordenandos.
“Queridos Juan de Dios, Diego y Martín –dijo- llévense esto al corazón: ustedes son diáconos en camino al presbiterado, pero sean diáconos toda la vida, sean servidores como Cristo es servidor, sirvan a todos, no excluyan a nadie de su corazón. Recen por el Pueblo de Dios, por aquellos que no rezan, por los que se confían a su oración y verán que Jesús, que es servidor del Padre, les va colmar todas las expectativas que ustedes tienen. Mírenlo a Jesús, síganlo a Jesús e imítenlo a Jesús”.
Finalizada la celebración, los asistentes saludaron a los flamantes diáconos y los agasajaron con una cena fraterna en las instalaciones del seminario diocesano, donde agradecieron a Dios, a sus familiares y amigos, al clero diocesano, a los religiosos, a sus compañeros seminaristas, a sus parroquias de origen y a todos los feligreses de las comunidades donde les ha tocado compartir la vida de servicio.+
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