El cantante y compositor de 32 años afirma: “Mi mayor tranquilidad es la inmensa paz y gozo que siento en el corazón cuando canto, que viene de Él y es para los demás. Por ello, ahora la lámpara va a estar sobre la mesa para que ilumine a quien el Señor quiera”.
El disco tiene doce canciones, entre ellas algunas dedicadas a Jesús, a la Virgen, a la venerable madre Leonor Maturana (con cuya causa de canonización el artista se encuentra muy comprometido), y a las hermanas Carmelitas. Los ritmos y las instrumentaciones son variadas: contiene zambas, música con aire español y latino.
En sus letras, los temas que predominan son la búsqueda, el encuentro con el Señor, la conversión, la esperanza en Cristo, la alegría de la resurrección, la santidad, el valor de la oración y de la vida consagrada, la igualdad ante los ojos de Dios, la duda y el amor a Dios.
Las canciones comenzaron a ser escritas hace más de cuatro años, acompañadas de la oración: “Fui escribiendo y rezando por ellas y por este don, para descubrir qué quería el Señor con esto en mi vida”, reconoce Manuel.
Su proceso de conversión, recuerda, comenzó en 2011, durante una peregrinación mariana a Salta, donde surgió la canción “Madre, quiero decírtelo”.
“Por medio de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús conocí a Jesús, y quedé enamorado de Él. Antes nunca había escrito nada poético, esto se despertó desde el corazón y por la necesidad de expresión de cosas que me iban pasando al caminar la conversión”, admite.
“A veces siento que tengo algo dentro que quiere salir, o una frase que escucho y cala profundamente en algún momento de mi vida (como el título de la canción Cristo ya venció). En ese momento, me pongo en oración y le pido al Señor que envíe su Espíritu Santo, y que, si es su voluntad, se exprese por medio de la música”, relata.
“Hay canciones basadas en personas y momentos del Evangelio, como el encuentro de Jesús con María Magdalena en ‘Ahora estoy de pie’, o la canción dedicada al ángel de la guarda, ‘Canción de un ángel’”, detalla.
En cuanto al lanzamiento del disco, asegura que “todo fue muy providencial”, tanto en lo musical como en los recursos económicos. “Han participado de este trabajo amigos en la fe, amigos de otros credos, y amigos que creen en el amor sin una religión concreta”, destaca.
Finalmente, Asenzo agradece “de corazón a todos los que me acompañaron para que hoy se esté cumpliendo esta meta” y expresa su anhelo de que “este material llegue a donde el Señor quiera, y que sea una herramienta donde transite la gracia de Dios, para que cada vez más volvamos los ojos a Él”.
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