“En estos tiempos difíciles de la historia que vivimos, la humanidad se halla tentada y angustiada, y en la realidad se expresa con ‘escepticismo e indiferencia’, cuando no también con ‘violencia y falta de fe’ frente a lo trascendente, haciendo todo relativo y privilegiando lo subjetivo, arreglándose cada uno en la vida como puede. El individualismo encierra y aísla a las personas, a las familias, a las sociedades y a los pueblos”, lamentó.
“Navidad es la realidad de un signo: el Niño Jesús que trae la Vida Nueva de un Dios que consuela, alegra y da la confianza que el Pueblo ha perdido”, sostuvo en su mensaje de Navidad.
El prelado precisó: “Él que nos brinda esta Vida plena no tiene la autoridad de un maestro, de un empresario, de un político, de un comerciante, o de un deportista; tampoco es un anciano, o un joven, es el mismo Dios que existe desde toda la eternidad, que no tiene principio ni tiene fin, que vive y ama siempre, que viene a poner Su cuerpo a la Vida y nos la entrega, llenándonos de consuelo, serenidad, justicia y verdad, que no prevalecen en el mundo actual”.
Por último, monseñor Fernández deseó: “Que en esta fiesta de Navidad el Niño de Belén, ‘amor de Dios’, nos encuentre con el ‘corazón abierto’ dispuestos a llenar de Dios el alma y así, juntos como hermanos, hacer una humanidad más cordial, creyente, fraterna, y que podamos todos vivir en paz”.+
Texto del mensaje
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