Mons. Torrado Mosconi: El cardenal Pironio fue “un profeta de la esperanza y la alegría”
La celebración fue oportunidad para que la comunidad nuevejuliense pidiera a Dios la pronta beatificación del cardenal Pironio. En su homilía, monseñor Torrado Mosconi se refirió a él como “un profeta de nuestro tiempo, un profeta de la esperanza y de la alegría” y “uno de los mejores hijos” de la comunidad de Nueve de Julio. Recordó que los nuevejulienses deben sentirse orgullosos de que un hombre de ese “pago” vaya camino a los altares, y comprometerse cada vez más a la oración, a la promoción del conocimiento de su persona, y a hacer presente la riqueza de su legado espiritual.
El obispo eligió honrar al siervo de Dios predicando con algunas de sus reflexiones. Entre ellas, destacó que la alegría cristiana “es la alegría de los pobres que han experimentado la presencia de un Dios Salvador”, y recordó que “si los cristianos tienen hoy una responsabilidad -los que de veras por seguir a Jesús, han renunciado a sí mismos y han asumido con generosidad su cruz cotidiana- es la de ser mensajeros de alegría y de esperanza, la de ser, por fidelidad al Evangelio, los auténticos artífices de la paz”.
Uno de los temas en los que se destaca la mirada del cardenal Pironio es la alegría: “La posibilidad de la alegría supone una visión cristiana del dolor y una aceptación positiva de la fecundidad de la cruz. No es simplemente la resignación pasiva ante el sufrimiento. Es la seguridad divina de que nuestra ‘tristeza se convertirá en alegría’”, expresaba.
Además, afirmaba que “La alegría supone una experiencia profunda del inalterable amor del Padre, de su fidelidad, de su misericordia” e invitaba a descubrir a nuestro alrededor que Dios es amor.
Sobre la esperanza, recordó monseñor Torrado Mosconi, el cardenal Pironio sostenía: “La esperanza exige fortaleza: para superar las dificultades, para asumir la cruz con alegría, para conservar la paz y contagiarla, para ir serenos al martirio. Nunca ha sido virtud de los débiles o privilegio de los insensibles, ociosos o cobardes. La esperanza es fuerte, activa y creadora”.
“Los tiempos difíciles exigen hombres fuertes; es decir, que viven en la firmeza y perseverancia de la esperanza… Hombres que han experimentado a Dios en el desierto y han aprendido a saborear la cruz”, enfatizó el prelado, destacando que la palabra del cardenal resuena hoy cargada de actualidad.
Para finalizar, el obispo invitó a los fieles a que “con corazón de pobres”, pidan a la Virgen Madre, “vida, dulzura y esperanza nuestra”, que nos ayude a llevar el Evangelio a la práctica, siendo sal que da gusto a la vida y luz que aclara el camino.+
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