Mons. Buenanueva dio orientaciones para profundizar la dimensión vocacional
“Y que esa vocación misión es nuestra identidad personal más honda: ‘No tengo una vocación. Soy vocación. No tengo una misión. Soy misión’”, subrayó en una carta pastoral.
La iniciativa diocesana se presentará en la jornada de inicio del año pastoral, prevista para este sábado 4 de marzo en la localidad cordobesa de Villa Concepción del Tío.
El prelado fundamentó su mensaje en la invitación del papa Francisco a promover “una nueva cultura vocacional, capaz de leer con coraje la realidad, con sus luchas y resistencias, reconociendo los signos de generosidad y la belleza del corazón humano. No se cansen de repetírselo a ustedes mismos: ‘Soy una misión’, y no simplemente: ‘tengo una misión’”.
Orientaciones
Monseñor Buenanueva ofreció una serie de orientaciones “sencillas” para profundizar la dimensión vocacional de la vida y la acción pastoral, y propuso:
“a. A lo largo del año, volvamos a los relatos bíblicos de vocación: Abraham, Moisés, los profetas, María, los apóstoles. La lectura orante de la Escritura ilumina el camino de la propia vocación, pues nos enseña a leer esa palabra de Dios, tan elocuente y personal, que es nuestra propia biografía. También la biografía de santos es una preciosa ayuda: en ellos vemos el Evangelio en su máxima expresión: vida vivida con profundidad, alegría y coherencia.
“b. Cada comunidad podría revisar su historia, identificando aquellas personas (sacerdotes, laicos, consagrados) que, como testigos luminosos, han vivido con alegría la propia vocación y misión. Repasando sus vidas, los cristianos alabamos a Dios que, a través de ellos, nos ha enriquecido con la fuerza pascual del Evangelio.
“c. Como diócesis tenemos que proseguir nuestra revisión de los procesos de la iniciación cristiana, poniendo especial énfasis en la catequesis que ayuda a los bautizados a crecer en la fe. La dimensión vocacional está especialmente vinculada al sacramento de la confirmación: como Jesús en el Jordán o la Iglesia en Pentecostés, el día de nuestra confirmación recibimos el Espíritu para convertirnos en discípulos maduros del Señor. Forma parte de la gracia del sacramento del Don del Espíritu el poder reconocer y hacer propia la vocación particular.
“d. Hemos de seguir haciendo hincapié en una renovada pastoral familiar. A lo largo del año, tendremos la oportunidad de profundizar Amoris laetitia, con encuentros en cada decanato y una serie de subsidios con este fin. ¡Ojalá que este precioso documento del Papa encuentre en nosotros una recepción atenta y creativa para acompañar a los que han recibido la vocación al matrimonio y la familia! Por mi parte, quisiera insistir en la necesidad de que todas las parroquias de la diócesis hagan una opción más decidida por la catequesis familiar o formas creativas de catequesis que involucren más a las familias. La atención a las familias en situación de fragilidad ha de ser también una prioridad pastoral de nuestras parroquias, colegios y otras asociaciones.
“e. Seguimos dando pasos para promover las vocaciones al diaconado permanente en nuestra diócesis. No solo los Consejos diocesanos de Pastoral y Presbiteral, sino también cada comunidad cristiana habrá de sumarse a este camino de renovación eclesial. La presencia de hombres que sean signos vivos de Cristo servidor nos ha de ayudar a crecer como Iglesia servidora, en la que cada uno descubre su parte en el anuncio del Evangelio. Hemos de seguir también promoviendo las vocaciones al sacerdocio ministerial, pues son los sacerdotes los primeros misioneros que han de ofrecer a sus hermanos el don precioso de la Eucaristía, el Perdón y el amor compasivo de Jesús, el Buen Pastor. También hemos de suplicar al Señor que siga suscitando entre nosotros vocaciones a la vida consagrada en todas sus formas, antiguas y nuevas. De manera especial, les pido que recemos para que nuestra diócesis pueda enriquecerse con alguna forma de vida contemplativa.
“f. La Delegación de Pastoral vocacional, en estrecha vinculación con la Pastoral Juvenil, tiene un rol fundamental, tanto en la programación con en la animación de este Año Vocacional Diocesano. Entre las diversas actividades, hay que destacar la Jornada Mundial de oración por las Vocaciones. El próximo Sínodo convocado por el Papa apunta también en esta dirección. Tiene como tema: ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. Como diócesis hemos de preguntarnos cómo estamos ayudando a los jóvenes a encontrarse con Jesús, pues de ese encuentro surge la orientación fundamental de la propia vida.
Por último, monseñor Buenanueva confío a la Virgencita, a San Francisco y al Santo Cura Brochero “el camino de nuestra diócesis a lo largo del presente 2017”.+
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