“Particularmente es una gracia que haya aparecido el Submarino ARA San Juan, es un motivo de alegría, debemos dar gracias realmente a Dios por esto que ha sucedido, pues cierra esta etapa muy dolorosa en la vida de los familiares e integrantes de la Armada Argentina”, sostuvo.
“El hallarlos, es lo que deseábamos, es lo que pedíamos, justamente”, afirmó, y atribuyó el hallazgo a la “intersección del Siervo de Dios Enrique Shaw, marino él, futuro santo argentino”.
“Confiados en que nos iba a dar esa gracia, porque, que aparezca la nave, significaría mucho para los familiares. El saber que ya, no son desaparecidos, que están en un lugar, el poder tener la posibilidad de la verdad y por lo tanto también la justicia”, subrayó.
Monseñor Olivera consideró que se debería honrar a los 44 tripulantes “como héroes, como fallecidos en bien y en servicio a la Patria” y reconoció que hasta la confirmación de su hallazgo “no se podía hablar” por “el temor de la no búsqueda, del dejar de buscarlos para encontrarlos”.]
“Se ha encontrado el ARA San Juan, en vez de ser agradecido algunos no lo ven así, en vez de poder experimentar la alegría que ciertamente en algunos lo han vivido así y que algunos pocos lo han manifestado, que importante es, que haya aparecido”, afirmó.
“Tenemos que dar gracias a Dios, tenemos que reconocer el esfuerzo del Gobierno también, con lo que ha significado el aporte de todos los argentinos, en esta misión, la que hay que pagar a quien lo encontró, a la empresa Ocean Infinity, que nos alegra pero no podemos dejar de reconocer, que sin dudas ha sido un esfuerzo grande”, añadió.
El prelado destacó el trabajo silencioso, respetuoso de los marinos, y valoró la contención de la Armada Argentina desde los primeros momentos. “Estuve en Mar del Plata desde los primeros días y veía a los camaradas con las familias, con la gente, veía el esfuerzo de quien daba el parte diario, allí en la Base Naval Mar del Plata como excelentemente bien también lo hacían en Buenos Aires”, recordó.
“Yo le pido a Dios, le doy gracias a Dios, por este aparecer del ARA San Juan, el que no mitigará el dolor de las familias, porque la ausencia, y la nueva realidad implica un nuevo desafío. La nueva vida ya no es la misma después de aquel 15 de noviembre cuando desapareció el submarino, ya no es lo mismo para las familias, esto es, sano realismo, como antes y ahora más podamos seguir rezando por ellos, podemos reconocerlos”, añadió.
Monseñor Olivera aseguró que ahora “tenemos la posibilidad de rezar por nuestros hermanos, por su eterno descanso, pedir por cada uno, también por el consuelo de su familia. Es una oportunidad para ir hacia nuestro interior, para reconocernos peregrinos, para saber que la vida termina, que el puerto, el puerto es el cielo y hacia ellos transitamos y hacia Él caminamos”.
El obispo castrense convocó a participar el próximo 22 de noviembre, a las 8, de una misa por el eterno descanso de los 44 héroes del ARA San Juan, por el consuelo de sus familiares y por “el encuentro de todos los argentinos, para que caminemos tiempos de verdadero encuentro y fraternidad para mirarnos y amarnos como hermanos”.
Informes: www.obispadocastrenseargentina.org.+
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