Cuatro papas hicieron 28 viajes al continente americano

El viaje apostólico del papa Francisco a Ecuador, Bolivia y Paraguay es su segundo viaje a América como vicario de Cristo y el viaje número 28 de un papa a este continente.

En dos milenios de la Iglesia Católica nunca un papa había pisado el continente americano hasta 1965, cuando Pablo VI habló en las Naciones Unidas en Nueva York. Aún no había concluido el Concilio Vaticano II y este papa ya había viajado a Tierra Santa y a la India. En la ONU abogó por la paz, con el mensaje de la Iglesia "experta en humanidad".

Tres años después, el mismo papa hizo una peregrinación apostólica a Bogotá y abrió la segunda asamblea de obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Esa asamblea dio a luz el documento de Medellín, que procuró seguir en el continente los lineamientos del Concilio Vaticano II (1962-1965).

Once años después, Juan Pablo II, recién elegido sucesor de Pedro, volvería a presidir una asamblea similar, la que reunió a obispos latinoamericanos en Puebla, México, y a lo largo de su pontificado volvería 21 veces a pisar el continente americano.

Si se exceptúan cuatro viajes al norte de América (a los Estados Unidos y Canadá, y teniendo en cuenta que este último país, más allá de un componente minoritario de origen francés, no suele considerarse latinoamericano), el pontífice polaco sumó 18 viajes a América latina.

Entre ellos, dos viajes a la Argentina. El primero, en 1982, en medio de la guerra de las Malvinas, desatada inesperadamente cuando Juan Pablo II estaba por viajar al Reino Unido, en una visita que había sido trabajosamente preparada durante mucho tiempo y que estaba por realizarse al cabo de cuatro siglos de separación de la Iglesia Anglicana del seno de la Iglesia Católica y la comunión de esa nación con Roma. El Papa no quería postergar sine die esa esquiva oportunidad y al mismo tiempo no podía ir solamente a uno de los países en guerra, por lo cual envió a los argentinos una carta en la que explicaba la razón de su ida a Gran Bretaña y anticipaba su inminente viaje a la Argentina. Esa vez sólo estuvo en Buenos Aires y en el santuario de Luján.

La segunda vez fue en 1987, durante el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, en un periplo que incluyó a otros países de América, incluido Chile, gobernado entonces por el régimen del general Augusto Pinochet. Allí pudieron ver a Juan Pablo II en la capital –donde presidió una multitudinaria Jornada Mundial de la Juventud- y en distintas ciudades del interior del país.

Tuve ocasión de acompañar como periodista varios viajes de Juan Pablo II a América latina. En 1980 estuvo en varias ciudades del Brasil en un viaje de doce días, que se inició en Brasilia, sede del gobierno brasileño, y concluyó en la tórrida Manaus, en la cuenca amazónica, donde el Papa presidió una procesión de barcos, en un mediodía con más de 40 grados de calor, en la confluencia de los ríos Negro y Solimoes. En ese viaje reafirmó la opción preferencial –no exclusiva ni excluyente- por los pobres y señaló que los pobres son los más abiertos a la Palabra de Dios, quienes confían en su ayuda y no en sí mismos. En una favela de Bahía estuve tan cerca de un pequeño estrado en el que estaba el Papa que llegué a tocar su zapato y tenía que hacer esfuerzo para que varios fotógrafos que estaban atrás no me empujaran sobre él. Mientras tanto, él recibía un plato de comida –cus-cus- que le daba una mujer muy pobre, diciéndole que con eso había alimentado y criado a sus hijos. En ese momento, la mirada del Papa estaba concentrada en los ojos de esa mujer, ajeno a tantos problemas mundiales como los que debían requerir su atención en tiempos de la confrontación de la guerra fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, en cuyo desenlace tanto tuvo que ver la rebelión obrera del sindicato Solidaridad en Polonia.

En 1983 me tocó acompañar un viaje por varios países de América central y del Caribe, con distintos picos de tensión en la Nicaragua sandinista –donde tres sacerdotes eran ministros, lo que cuestionó- y en El Salvador, país en guerra en el cual hubo un momentáneo cese del fuego y donde fuera de programa fue hasta la tumba de monseñor Arnulfo Romero, el obispo asesinado, hoy beato, donde puntualizó, para propios y extraños, “Romero es nuestro” (de la Iglesia). Ese viaje concluyó en Haití, donde había una reunión del CELAM que concluyó eligiendo presidente al argentino monseñor Antonio Quarracino. En ese viaje por varios países tengo conciencia de haber sido la última persona en el continente que tocó la mano del Papa antes de viajar a Roma. Era de noche, en el aeropuerto de Puerto Príncipe, y estaba parado junto a la escalerilla del avión por la que ascendió el papa Wojtyla para emprender el vuelo a Roma.

En 1985 me tocó acompañar un viaje de Juan Pablo II por Venezuela, Perú y Ecuador. En 1992, Juan Pablo II fue a otra asamblea del episcopado latinoamericano, en Santo Domingo, y su último viaje al continente fue en 2002, tres años antes de morir, a las ciudades de Toronto, Guatemala y México (país privilegiado, como que tuvo la fortuna de recibir al Papa en cinco oportunidades, aun en algún breve paso).

Benedicto XVI hizo su primer viaje internacional como papa al continente americano. Más concretamente al Brasil, cuando estaba reunida la asamblea de obispos latinoamericanos en Aparecida, donde tendría tan relevante participación quien luego lo sucedería, el cardenal Jorge Mario Bergoglio. En esa ocasión llamó a América “el continente de la esperanza”.

El papa Ratzinger hizo otro viaje en 2013, a México y Cuba. “Que Cuba sea la casa de todos y para todos los cubanos”, dijo en una alusión a la fragmentación entre los residentes y los exiliados, al tiempo que pidió libertades y criticó el bloqueo económico por los Estados Unidos. Ya una primera visita de Juan Pablo II en 1998 había abierto más posibilidades a la limitada acción de la Iglesia en la Cuba de Fidel Castro. Ahora Francisco se apronta a visitar la isla en coincidencia con su primer viaje a los Estados Unidos, tras haber tenido un papel primordial en el acercamiento entre los gobiernos de ambos países tras medio siglo de aguda confrontación.

El primer viaje de Francisco como papa al continente fue en 2013, a la Jornada Mundial de la Juventud, que congregó a millones de jóvenes en Río de Janeiro. Quedan en la memoria las escenas de la extensa playa de Copacabana, donde los asistentes a la misa papal se extendieron a lo largo de kilómetros junto al mar en una playa donde cada tanto había gigantescas pantallas de televisión para poder apreciar en detalle lo que ocurría en el altar.

Hubo allí muchísimos argentinos, que llegaron por aire o por tierra. Es lo que se espera ahora en la estada de Francisco en el Paraguay, aprovechando la cercanía con nuestro país, que no tendrá la posibilidad de verlo en su tierra natal antes del 2016. (Jorge Rouillon)

Viajes de los papas a América, según un trabajo preparado por Raquel Radis

Pablo VI
1965 - 4 de octubre - Visita a la Organización de las Naciones Unidas - Nueva York
1968 - 21-25 de agosto - Peregrinación apostólica a Bogotá

Juan pablo II II
1979 - 25 de enero - 1 de febrero - República Dominicana, México y Bahamas
1979 - 1-7 de octubre - Estados Unidos de América
1980 - 30 de junio - 11 de julio - Brasil
1982 - 11-12 de junio - Argentina
1983 - 2-10 de marzo - América Central, Belice y Haití
1984 - 9-20 de septiembre - Canadá
1984 - 10-12 de octubre - Zaragoza, Santo Domingo y Puerto Rico
1985 - 26 de enero - 5 de febrero - Venezuela, Ecuador, Perú, Trinidad y Tobago
1986 - 1-7 de julio - Colombia
1987 - 31 de marzo - 12 de abril - Uruguay, Chile y Argentina
1987 - 10-20 septiembre - Estados Unidos de América y Canadá
1988 - 7-18 de mayo - Uruguay, Bolivia, Lima y Paraguay
1990 - 6-14 de mayo - México y Curaçao
1991 - 12-21 de octubre - Brasil
1992 - 9-15 de octubre - Santo Domingo
1993 - 8-16 de agosto - Jamaica, México y Denver
1995 - 4-9 de octubre - Estados Unidos
1996 - 5-12 de febrero - Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Venezuela
1997 - 2-5 de octubre - II Encuentro Mundial del Santo Padre con las Familias, Río de Janeiro
1998 - 21-25 de enero - Cuba
1999 - 22-27 de enero - México - San Luis
2002 - 23 de julio - 2 de agosto - Toronto, Ciudad de Guatemala y Ciudad de México

Benedicto XVI
2007 - 9-14 de mayo - Viaje apostólico a Brasil con ocasión de la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y del Caribe
2012 - 23-29 de marzo - Viaje Apostólico a México y República de Cuba

Francisco
2013 - 22-29 de julio - Viaje Apostólico a Río de Janeiro, XXVIII Jornada Mundial de la Juventud
2015 - 5-13 de julio - Viaje Apostólico del Santo Padre a Ecuador, Bolivia y Paraguay.+

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