Tras la misa de despedida, la imagen se dirigió a la parroquia San José, de Vinchina, y a los pueblos de Villa Castelli y de Jagüé, recorriendo así más de 350 kilómetros de distancia respecto a la sede episcopal. Las comunidades recibieron al patrono con emoción.
El itinerario de la misión llevó al santo patrono de los riojanos hacia Famatina, donde fue recibido con gozo por los feligreses de la parroquia San Pedro Apóstol, a cargo del presbítero Omar Quinteros. Luego el obispo y la imagen de san Nicolás de Bari viajaron hasta Chañarmuyo, donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
El viaje de san Nicolás de Bari continuó hacia Guandacol, donde está la parroquia San Nicolás, y hacia el pueblo de Santa Clara. En cada encuentro, el obispo aprovechó para mantener reuniones con los agentes pastorales y las fuerzas vivas de la comunidad.
Durante la visita, se propuso rezar a san Nicolás la siguiente oración: “Oh glorioso san Nicolás, mi especial protector, desde aquella morada de luz, en que gozas de la presencia divina, vuelve piadoso tus ojos hacia mí, y alcánzame del Señor aquellas gracias y auxilios convenientes a mis presentes necesidades, tanto espirituales como corporales, y en particular la gracia de […], que sea conducente para mi eterna salvación.
Protege también, glorioso santo obispo, a nuestro Sumo Pontífice, a la Iglesia santa y a esta devota ciudad. Reduce al camino recto de la salvación a los que viven sumidos en el pecado, o envueltos en las tinieblas de la ignorancia del error y de la herejía. Consuela a los afligidos, socorre a los necesitados, conforta a los pusilánimes, defiende a los oprimidos, asiste a los enfermos, y haz por fin que todos experimenten los efectos de tu poderoso patrocinio para con el supremo Dispensador de todos los bienes. Amén.+
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