“Cuantas veces hemos oído decir de una persona: 'Ese tiene una lengua de serpiente', porque hace como la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz. Y esto es un mal, una enfermedad en nuestra Iglesia: sembrar la división, el odio, y no la paz. Y todos los días deberíamos hacernos esta pregunta: ¿Yo hoy he sembrado paz o cizaña. Quien lleva la paz es santo y quien la discordia, terrorista”, advirtió.
El pontífice sostuvo que “los cristianos por lo tanto están llamadas a ser como Jesús, que ‘vino entre nosotros para pacificar, para reconciliar’” y consideró que “si una persona durante su vida no hace otra cosa que reconciliar y pacificar se la puede canonizar, esa persona es santa. Pero debemos crecer en esto, convertirnos: nunca una palabra que sea para dividir, nunca una palabra que traiga guerra o pequeñas guerras, nunca las habladurías”.
Asimismo, llamó a reflexionar sobre chismes o chismorreos: “Y si yo pienso: ¿Qué son los chismes? No, nada, solo decir una palabrita contra el otro o contar una historia”.
“No, las habladurías son terrorismo, porque quien chismorrea hace como un terrorista que tira una bomba y se va. Destruye, con la lengua destruye y no trae la paz. Pero es astuto, porque no es un terrorista suicida, no, no, él se protege bien”, agregó.
Por último, Francisco propuso que “cada vez que les venga ganas de decir algo que siembra cizaña, muérdanse la lengua. Y les aseguro que si hacen este ejercicio de morderse la lengua en vez de sembrar cizaña, los primeros tiempos sentirán que se les hinchará la lengua”, e invitó a no olvidarse que el diablo tiene como oficio, dividir”.+
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