“Hay que pedir a Dios, por medio de la Virgen y de Santa Rosa, que Ella interceda para reparar y purificar nuestro corazón, pero sobre todo nuestra conducta para con los demás. Porque si decimos que amamos, no basta decirlo, sino que hay que amar en serio”, observó el obispo.
Monseñor Frassia también se refirió a la patrona de la parroquia. Dijo que santa Rosa “vivió una síntesis extraordinaria en el amor a Cristo, a la Eucaristía, a la oración, a la penitencia y, sobre todo, a la reparación”. El obispo invitó a reparar las heridas de la Iglesia y de tanta gente poniendo de relieve la dignidad humana.
“Si nosotros hiciéramos eso –añadió- y todo lo demás lo dejamos de lado, viviríamos muy felices. No hay tiempo para otra cosa, no hay tiempo para criticar, para pelearse, para llevarse mal, para complicarse la vida. Hay poco tiempo y ese poco tiempo se llama amor. Amor de Dios y a los hermanos”, expresó el celebrante.
Monseñor Frassia concluyó su predicación haciendo un llamado a tener muy presente el testimonio de vida de santa Rosa, a fin de que ella sea un aliciente para “agrandar el corazón” y “amar a Dios y servir en serio a todas las personas”.+
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