Al referirse a la Santa, Francisco expresó que ella es hoy un testigo ejemplar de esperanza para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos los que se dedican a luchar contra esta llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo.
La Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes dio a conocer un comunicado en el que invita a todos a buscar, en ese día, un tiempo de reflexión que motive a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. A dejarnos interpelar, desde las enseñanzas y gestos del papa Francisco: Cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas.
A tener también -agrega la nota- un tiempo de oración en el que podamos rezar con Santa Josefina Bakhita al Dios de la Misericordia para que sean quitadas las cadenas de todo cautiverio, que libere a todos los que han sido amenazados, heridos o maltratados por la trata y tráfico de personas, que brinde alivio a los que sobreviven esta esclavitud y les enseñe a ver a Jesús como modelo de fe y esperanza y así puedan sanar sus heridas.
María, Madre de los Migrantes, abre nuestros ojos para mirar las miserias y las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad y de su libertad y ayúdanos a escuchar sus gritos de auxilio, concluye el comunicado de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes.+
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