Mons. Ñáñez animó a vivir una transformación interior en la Cuaresma
El prelado explicó que la transformación interior y la preparación para la celebración de la Pascua del Señor, a su vez, se deben concretar desde un renovado encuentro con Jesús, y señaló que ese encuentro es siempre iniciativa del Señor. Él nos primerea, como dice el papa Francisco. Él nos busca siempre porque nos ama de veras y quiere que todos lleguemos a gozar de sus dones. Pero Él no se nos impone. Nos espera respetuosamente, afirmó monseñor Ñáñez.
Abrirle el corazón es nuestra decisión. Nadie, sino nosotros mismos podemos dar ese paso movidos y ayudados también por su gracia, aseveró. Asimismo, aseguró que el encuentro con Jesús es iluminador, porque nos traza un camino cierto, es transformante, porque nos da la capacidad para obrar de una manera nueva, y es una invitación a seguirlo.
El encuentro y el seguimiento de Jesús provocan un cambio interior, una conversión, agregó. La Cuaresma -aseguró el arzobispo- es una fuerte invitación a ese cambio interior, que también llamamos conversión Y destacó que una manera eficaz de ayudar para este cambio interior es acercarnos al sacramento de la reconciliación donde el Señor misericordioso nos espera en la persona del sacerdote que nos escucha y nos absuelve.
La comunidad
Seguimos a Jesús no aisladamente, sino como miembros de una comunidad de personas que también se han encontrado con Él y disfrutan de su amistad y de sus dones, puntualizó monseñor Ñáñez, que describió este tiempo litúrgico como oportuno para reencontranos de nuevo con nuestros hermanos en la fe y para incorporarnos más profundamente a la vida de la comunidad eclesial. La comunión entre nosotros nos mueve a ayudar a los demás y a dejarnos ayudar por ellos, señaló.
Camino sinodal
El prelado recordó que la Iglesia de Córdoba está transitando un camino sinodal. Queremos que el próximo Sínodo sea también una oportunidad para encontrarnos con Jesús o para reencontrarnos con Él y para recibir la buena noticia de su Evangelio. Queremos ver cómo vivir mejor su propuesta, encarnándola en un testimonio convencido y coherente, y cómo compartirla con todos, a través de un anuncio también convencido, alegre y al mismo tiempo profundamente respetuoso, manifestó.
Finalmente, pidiendo la intercesión del santo Cura Brochero, el obispo deseó que esta Cuaresma nos ayude a disponernos convenientemente para vivir ese acontecimiento eclesial y para ofrecer lo mejor de nuestra parte participando desde la oración ferviente y confiada, la reflexión serena y creativa ofreciendo los aportes que podemos brindar desde nuestro lugar y desde nuestra responsabilidad, concluyó el arzobispo. +
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