“Ayer estuve reunido con 8 personas víctimas de abusos de poder, de conciencia y sexuales”, señaló el Santo Padre, y detalló: “Recogiendo lo que ellos me han dicho, quisiera poner delante de la misericordia del Señor estos crímenes, y pedir perdón por ellos. Pedimos perdón por los abusos en Irlanda, abusos de poder y de conciencia, abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia”.
“De manera especial –continuó– pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidos por religiosos y religiosas y otros miembros de la Iglesia, y pedimos perdón por los casos de explotación laboral a los que fueron sometidos tantos menores”.
“Pedimos perdón por las veces en que, como Iglesia, no hemos brindado ayuda a los sobrevivientes de cualquier tipo de abuso, con compasión, búsqueda de justicia y acciones concretas. Pedimos perdón”, reiteró.
“Pedimos perdón por algunos miembros de la jerarquía que no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio”, añadió.
“Pedimos perdón por los chicos que fueron alejados de sus madres, y por todas aquellas veces en las que se les decía a muchas madres solteras que tratar de buscar a sus hijos de los que habían sido alejados, o a los hijos que habían sido alejados de sus madres, decirles que era pecado mortal. ¡Esto no es pecado mortal, es cuarto mandamiento!”.
“El Señor mantenga y acreciente este estado de vergüenza y de compulsión, y nos dé la fuerza para trabajar para que nunca más sucedan y para que se haga justicia. Amén”, concluyó el Papa.+
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