“Deseo que cuantos tienen responsabilidades de gobierno combatan con decisión –subrayó el Papa- esta plaga, dando voz a nuestros hermanos más pequeños, humillados en su dignidad. Es necesario hacer todos los esfuerzos posibles para acabar con este crimen vergonzoso e intolerable”.
Francisco recordó que la Jornada se celebra hoy porque hoy es la fiesta de santa Josefina Bakhita –enseñando un folleto con la foto de la santa-. “Esta muchacha, dijo, esclavizada en África, explotada, humillada, no perdió la esperanza y siguió su fe, acabando por llegar como migrante a Europa. Y aquí sintió la llamada del Señor y se hizo monja. ¡Recemos a santa Josefina Bakhita por todos los migrantes, los refugiados, los explotados que sufren tanto, tanto!”.
“Y hablando de migrantes expulsados, explotados quisiera rezar hoy con ustedes, de forma especial por nuestros hermanos y hermanas Rohinya: expulsados de Myanmar, vagan de un sitio a otro porque nos los quieren. Son gente buena, gente pacífica. No son cristianos, son buenos, ¡son nuestros hermanos y hermanas! –exclamó el pontífice- Hace tantos años que sufren. Fueron torturados, asesinados, sencillamente porque siguen sus tradiciones, su fe musulmana. Recemos por ellos. Los invito a rezar por ellos a nuestro Padre que está en los cielos, todos juntos, por nuestros hermanos y hermanas Rohinya”.
Después de rezar con los presentes un Padrenuestro, el Papa invocó de nuevo a santa Josefina Bakhita, pidiendo que rezase por todos nosotros y dedicando a la santa un gran aplauso.+
Publicar un comentario