En sus homilías, los prelados recordaron el sentido de este tiempo litúrgico, apelaron al mensaje del papa Francisco para alertar sobre los riesgos del “vacío interior”, llamaron a ser hermanos de los que más sufren e invitaron a dejarse reconciliar por Dios.
* Mons. Andrés Stanovnik OFMCap (Corrientes): “La Cuaresma es un tiempo de volver a Dios, de darle el primer lugar en nuestro corazón, en la propia familia, en la comunidad eclesial que frecuento, y en el corazón de la sociedad en la que nos toca vivir… Que este tiempo cuaresmal nos acerque más a Dios, nos renueve interiormente, y nos prepare a vivir la Pascua del Señor, que también es nuestra Pascua. Al mismo tiempo, estemos atentos a las ocasiones que se nos presentan, para que también otros, mediante nuestro testimonio y, tal vez, también con nuestra palabra, se reconcilien con Dios y con los hermanos”.
* Mons. Sergio Buenanueva (San Francisco): “Este Jesús humillado está siempre junto a todos los humillados, a los que son, una y otra vez, pisoteados por los poderosos de este mundo. Desde allí nos llama a la conversión, porque nos llama a un amor de compasión semejante al suyo, es decir, a ser capaces de hacernos hermanos y hermanas de todos los que sufren. Que la compasión de Jesús toque nuestros corazones, los quebrante y los abra al amor de Dios. Esa es la conversión que pedimos para este tiempo de Cuaresma-Pascua que iniciamos”.
* Mons. Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús): "Tenemos que pedirle a Dios que nos ayude, como personas, a volver a escucharnos, a dialogar en serio, a respetarnos en nuestras diferencias y posturas, pero siempre trabajar por el bien común y el bien social de todos los argentinos, no de algunos, ¡de todos!... Como Pueblo de Dios y como cristianos tenemos que entrar en un camino; un camino donde tenemos que escuchar con mayor atención, donde tenemos que reconocer en qué nos hemos equivocado; sobre todo con mucha confianza porque Dios no quiere la muerte del pecador, Dios no quiere nuestra muerte, Dios quiere que nos convirtamos y vivamos".
* Mons. Antonio Marino (Mar del Plata): “El mayor contacto con la Palabra divina y la frecuentación de la oración nos abrirán los ojos para descubrir aquellos aspectos de nuestra conducta y carácter que no dominamos y que muchas veces nos tienen prisioneros en nuestra cárcel interior. Pero no basta descubrir esos límites a nuestra libertad sino que nos debemos empeñar con humildad en un esfuerzo activo que irá aumentando progresivamente nuestra capacidad de dominio de nosotros mismos. La Cuaresma es el tiempo más adecuado para pequeñas renuncias cotidianas que agilizan nuestra capacidad de respuesta espontánea a la voluntad de Dios”.
* Mons. Ariel Torrado Mosconi (Nueve de Julio): “Hay que vivir verdaderamente con espíritu de fe, este tiempo de gracia y de conversión. Una conversión que no consiste principalmente en ciertas obras o acciones, ni siquiera en un cambio moral, sino en una actitud teologal, se trata de volver a Dios... Es necesario que retornemos a la presencia y a vivir ante la mirada de Dios que no rechaza a quien ve sino que purifica a quien mira, porque ante Él arde un fuego que quema la culpa”.
* Mons. Enrique Eguía Seguí (auxiliar de Buenos Aires): “El itinerario (cuaresmal) lo hacemos llenos de esperanza, y esta esperanza requiere un compromiso. Porque poder disponernos a la salvación del Señor, no es otra cosa que realizar un camino, que nos compromete a todos, el camino de la conversión. Durante todo este tiempo cuaresmal estamos llamados a profundizar un cambio de actitud, a un cambio en nuestras vidas y volver más nuestra vida hacia Dios, contemplando su rostro, dejándonos llevar por la fuerza y la invitación de su Palabra”.
* Mons. Jorge Lugones SJ (Lomas de Zamora): “La Cuaresma es un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección... Es tiempo de oración, ayuno y caridad. Caridad que implica dar hasta que duela, como pedía la Santa Madre Teresa de Calcuta... También un tiempo para fomentar la constitución de grupos REDD (Reflexión Evangélica Diocesana Domiciliaria), espacios de oración y reflexión del Evangelio, sobre todo para aquellas personas que no se acercan al templo".+
Publicar un comentario