La celebración litúrgica comenzó esta mañana cuando el Papa llegó a la Plaza de San Pedro a pie y se acercó hasta el obelisco central para ser testigo de la procesión de las 2000 palmas y las ramas de olivo, confeccionadas en la ciudad de San Remo en Italia, e impartir su bendición.
Luego, caminó portando una palma en procesión hasta el altar ubicado ante la fachada principal de la Basílica de San Pedro, donde presidió la celebración de la Santa Misa de la Pasión del Señor.
Los asistentes a la plaza vaticana pudieron ver hoy el traspaso de la Cruz Peregrina por parte de los jóvenes de la diócesis de Roma y de otras diócesis italianas, cuando apenas en enero concluyó la JMJ que tuvo lugar en Panamá en 2019.
Con motivo de la celebración, también este día, de la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que este año tiene lugar a nivel diocesano, invitó a los jóvenes a seguir las indicaciones de la reciente exhortación apostólica Christus vivit, fruto del Sínodo sobre los jóvenes que tuvo lugar en el Vaticano el pasado mes de octubre de 2018.
“En este texto, cada uno de ustedes puede encontrar ideas fecundas para la vida y para el camino de crecimiento en la fe y en el servicio a los hermanos”, señaló.
Asimismo, durante la homilía de la misa celebrada en la misma Plaza de San Pedro, Francisco recordó “a tantos santos y santas jóvenes, especialmente a aquellos ‘de la puerta de al lado’, que solo Dios conoce, y que a veces a él le gusta revelarnos por sorpresa”.
“Y cuando sientan que les pide que renuncien a ustedes mismos, que se despojen de sus seguridades, que se confien por completo al Padre que está en los cielos, entonces alégrense y regocíjense. Están en el camino del Reino de Dios”.
Finalmente, el Papa regaló a todos los jóvenes presentes en la Plaza de San Pedro “una especial corona del Rosario. Estas coronas de madera de olivo se han realizado en Tierra Santa de forma expresa para el Jornada Mundial de la Juventud de Panamá el pasado mes de enero y para la Jornada de hoy”.
“Renuevo, por ello, a los jóvenes y a todos, mi petición de rezar el Rosario por la paz, de forma particular por la paz en Tierra Santa y en Medio Oriente”.
Al término de la celebración, el Papa rezó el ángelus y sucesivamente, recorrió la plaza vaticana en su papamóvil y saludó y bendijo a los peregrinos y fieles. +
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