“No me cansaré de repetir que la paz es posible”, dijo el Papa a líderes de Sudan del Sur
“Confirmo mi deseo y mi esperanza de poder ir próximamente, y con la gracia de Dios, a su amada nación junto a mis queridos hermanos aquí presentes, el arzobispo de Canterbury y el ex moderador de la Iglesia presbiteriana”, expresó Francisco.
Dirigiéndose a los líderes políticos que firmaron el acuerdo de paz les insistió: “Les pido como hermano, permanezcan en la paz, lo pido con el corazón, vamos hacia adelante, habrán tantos problemas, pero no se asusten, vayan hacia adelante, resuelvan los problemas, ustedes han comenzando un proceso, que termine bien”, y se inclinó para besar los pies de cuatro de ellos.
“Nosotros cristianos creemos y sabemos que la paz es posible porque Cristo resucitó y venció el mal con el bien, aseguró a sus discípulos la victoria de la paz sobre los cómplices de la guerra que son la soberbia, la avaricia, el deseo de poder, el interés egoísta, la mentira y la hipocresía”, señaló.
El Santo Padre recordó que la naturaleza de este encuentro fue “en cierto sentido única”, porque “no se trató de un habitual o común encuentro bilateral o diplomático entre el Papa y los Jefes de Estado y tampoco de una iniciativa ecuménica entre los representantes de las diversas comunidades cristianas” sino de un “retiro espiritual”.
Por ello, el Papa destacó la importancia de no olvidar que “a los líderes políticos y religiosos Dios les ha confiado la tarea de ser guías de su pueblo”.
“¡Dios nos ha confiado mucho, y por esto, nos pedirá mucho! Nos pedirá cuentas de nuestro servicio y de nuestra administración, de nuestro compromiso a favor de la paz y del bien realizado por los miembros de nuestras comunidades, en particular, los más necesitados y marginados”, explicó el pontífice.
En esta línea, el Santo Padre alentó a recibir “la altísima vocación de ser artesanos de paz, en un espíritu de fraternidad y solidaridad con cada miembro de nuestro pueblo, un espíritu noble, recto, firme y valiente en la búsqueda de la paz, a través del diálogo, la negociación y el perdón”.
Por lo tanto, los exhortó a “buscar lo que une, a partir de la pertenencia al mismo pueblo y a superar todo lo que divide”.
“Deseo de corazón que definitivamente cesen las hostilidades, que las divisiones políticas y étnicas sean superadas y que la paz sea duradera, por el bien común de todos los ciudadanos que sueñan comenzar a construir la Nación”, expresó el Papa.
En esta línea, el pontífice aseguró que “todos nosotros estamos bajo la mirada de Jesús: Él nos mira con amor, nos pide algo, nos perdona algo y nos da una misión” y añadió en particular que la mirada de Dios “ofrece la paz”.
Por otro lado, el Papa aseguró “su cercanía espiritual” a todas las personas de Sudán del Sur que esperaban este día histórico: “estoy seguro que ellos, con gran esperanza y oración intensa en sus corazones, han acompañado nuestro encuentro”, dijo.
De este modo, Francisco deseó a los cristianos de Sudán del Sur que “puedan ser operadores de paz en el pueblo sudanés del sur, con la oración y el testimonio, con la guía espiritual y la asistencia humana de cada miembro, líderes incluidos”.
Al finalizar, el Santo Padre invocó la fuerza del Espíritu Santo para que “los enemigos se abran al diálogo, los adversarios se estrechen la mano y los pueblos se encuentren en la concordia”.
Por último, los participantes recibieron una Biblia firmada por el Santo Padre, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el ex moderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, padre John Chalmers, con el mensaje “Busca aquello que une. Supera aquello que divide”. +
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