Al cierre de la catequesis que brindó sobre la vida del padre José Gabriel Brochero, en la que se hicieron presentes el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, y el presbítero Guillermo Karcher, actual ceremoniero del Santo Padre y uno de sus colaboradores más próximo, Correale definió en pocas palabras al Cura Gaucho: "Creo que podría utilizarse la famosa frase del papa Francisco, y que monseñor Olivera [n. de r.: Obispo de Cruz del Eje] utilizó en su libro: fue un sacerdote, un pastor con olor a oveja".
En sus manos, la abogada llevaba un libro del padre Mario Llanos SDB, uno de los principales biógrafos del venerable sacerdote cordobés. Correale es una de las pocas mujeres postuladoras homologadas por la Congregación para las Causas de los Santos. Su tarea consiste en reunir las pruebas para demostrar que un candidato vivió de manera heroica las virtudes cristianas, y orientar en las diócesis sobre el proceso a seguir, que puede durar años y puede iniciarse solamente cuando han transcurrido al menos cinco años del deceso del involucrado.
Con un español claro, aunque ya ajustado al acento romano, destacó que Brochero hoy es proclamado beato por haber vivido todas las virtudes de manera heroica, pero sin duda, se lo recuerda y venera por su intensa labor de promoción humana y evangelización.
"Creo que Brochero se destacó por su servicio a los más humildes, a los más pobres, pero también porque no excluyó a nadie. También se reunía con los políticos, los intelectuales y las personas afamadas por su situación económica. Pero con una misma intención: llevarlos a todos a Dios", recordó ante el aljibe de la manzana brocheriana.
Con 46 años, Correale es consultora de la Comisión Episcopal para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Argentina, cargo al cual la autorizó el entonces cardenal Jorge Bergoglio. Para ella, como para tantos otros, que la beatificación de Brochero se realice en tiempos del pontificado de un papa argentino y jesuita son signos de la Providencia. Y sin dudarlo, asegura que el Cura Brochero intercedió ante Dios para asistir a los dos cardenales argentinos que participaron del cónclave que eligió a Francisco.
"En vida, Brochero realizó muchos gestos de fidelidad y obediencia al obispo y al Papa, y no me queda duda de que desde el Cielo debe de haber hecho fuerza para que los cardenales argentinos que participaron actuaran guiados por el Espíritu Santo", respondió, quien también cree por la fe que el Cura Brochero debe de estar feliz por tener un Papa de estas tierras. Recordó que Bergoglio, como todos los eneros, estuvo en Villa Cura Brochero predicando el retiro para el clero, y pocos meses después era elegido para la cátedra de Pedro.
Hay algo más. Correale permanecerá en la diócesis de Cruz del Eje unos días más antes de emprender regreso a Buenos Aires y luego a Roma, donde tiene fijada su residencia. Es que planea entrevistarse con personas y familias que han comunicado gracias sobre el Cura Brochero, y si bien no pueden estimarse fechas, servirán para acelerar la causa de canonización. De igual modo trabajará con la venerable María Antonia de Paz y Figueroa, que en pocos meses llevará a la Junta Médica del Vaticano a discutir sobre un presunto milagro que se le atribuye a su intercesión.
También lleva adelante la causa del arquitecto de la iglesia de la Sagrada Familia, de Barcelona, Antoni Gaudí, y del beato Pier Giorgio Frassati. Así cuenta su experiencia de tener que conducir a notables cristianos hacia la glorificación: "Nosotras las mujeres estamos llamadas a la vocación de la maternidad, sea esta física o espiritual. La verdad que considero cada causa como un hijo, y a pesar de que son muchas, como cualquier madre, me organizo para atenderlas".
Mama Antula y Brochero
En un fuerte signo de la comunión de los santos, la postuladora de la causa de Brochero recordó que el Cura Gaucho, antes de fundar la Casa de Ejercicios, permaneció dos meses en Buenos Aires viviendo en la casa fundada por Mama Antula, quien había fallecido casi un siglo atrás. "Me gusta decir que el fuego que ella encendió en Buenos Aires, Brochero lo trajo a Traslasierra y lo hizo arder", detalló.
Correale también destacó el interés del papa Francisco por la beatificación de Brochero y Mama Antula, a pesar de que no eran de su diócesis, Buenos Aires. "Creo que tiene que ver con el interés que el Papa tiene en identificarlos con nuestra identidad nacional", arguyó. "Cuando aquí había un inconveniente social o familiar, se venía a hablar y pedir la mediación del Cura. En Buenos Aires, que en aquel momento era una ciudad de unas cuarenta cuadras, también se recurría a Mama Antula", especificó.
Para esta argentina, si Mama Antula hubiera vivido en los días de la Revolución de Mayo, también hubiera sido parte importante de esta gesta de la historia argentina. "Si no hubiera muerto, con seguridad hubiera estado en el cabildo. Su papel en Buenos Aires es sumamente importante, tanto que si se busca la historia de la fundación de la casa se descubre el apoyo de [Cornelio] Saavedra, y que parte de los terrenos pertenecían a [Manuel] Alberti, o que parte de los permisos los concedió [Miguel de] Azcuénaga", aseguró.
"Muchos de los miembros de la Primera Junta y los próceres de aquella época hicieron retiros en la Casa de Ejercicios", agregó. Durante estos días, sin opacar la capa ni el sombrero orillado del Cura Gaucho, otros argentinos dignos de ser glorificados tomarán protagonismo en esta fiesta de la fe para la Iglesia que peregrina en la Argentina.+
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