San Fernando del Valle de Catamarca (AICA): Con alegría y emoción, se llevó a cabo la tradicional bajada de la Virgen del Valle desde el camarín hasta el presbiterio de la catedral basílica donde se la venera, dando inicio a las festividades en su honor, que este año se desarrollan bajo el lema “Dejen que los niños vengan a mí”, en consonancia con el Año de la Niñez y la Adolescencia, en el contexto de la Misión Diocesana Permanente que vive la diócesis de Catamarca.
La ceremonia fue presidida por el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi, quien asistió a la celebración por pedido del obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, que viajó a Roma para participar de la canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.
La imagen cuatro veces centenaria fue trasladada en brazos de monseñor Torrado Mosconi, acompañado por sacerdotes del clero catamarqueño y escoltada por la Guardia de Honor de los Bomberos de la Policía de la Provincia.
En su paso hacia el presbiterio, la imagen mariana fue saludada por las autoridades provinciales y municipales presentes, encabezadas por la gobernadora Lucía Corpacci y el intendente capitalino, Raúl Jalil, y aplaudida por los cientos de fieles que llenaron la catedral.
Tras colocar la imagen en el trono festivo, comenzó el rezo del santo rosario. Una vez finalizado, se escuchó el evangelio y la reflexión del obispo santiagueño, quien manifestó que la Iglesia “debe estar marcada por la alegría cristiana que experimentaron los apóstoles y los discípulos al encontrarse con el Señor resucitado, alegría que viene del corazón, de la experiencia del encuentro vivo con Dios”.
Monseñor Torrado exhortó a todos a “llevar esa alegría a esta humanidad que camina por la vida con el semblante triste”, y manifestó: “Hoy hay tantos hombres y mujeres que están sin esperanza transitando los caminos de este mundo. Cuántos niños, cuántos jóvenes que no tienen la posibilidad de mirar hacia delante con esperanza. Tantos hermanos que están en situación de pobreza, que no tienen fe, que no han escuchado hablar de Dios, que no conocen el amor tierno de la Virgen, nuestra Madre, y por eso van tristes por el camino de la vida”.
El prelado afirmó que se necesita que la Iglesia sea cercana a los más pobres y a los que sufren, a los que se sienten lejos o “al borde del camino”. En otro tramo de su predicación, el obispo auxiliar de Santiago del Estero habló de “una Iglesia peregrina que camina junto a los hombres de su época”, afirmando que “la gran tentación es volvernos sedentarios, instalarnos”.
“Tenemos que peregrinar junto a nuestros hermanos. Caminar, como nos dice el Papa, a veces delante para mostrar el camino, otras veces en medio del pueblo para poder compartir con los demás hombres y mujeres sus angustias, sus esperanzas, y otras veces detrás para no dejar que nadie se quede rezagado en el camino”, expresó.
Monseñor Torrado también pidió trabajar para ser una Iglesia que dialogue con el mundo actual, con la cultura y con los problemas de los hermanos”. Por último, rogó que la Virgen “conceda la gracia de ir al encuentro de Jesús resucitado, y que nos dé esta alegría para que podamos ser verdaderamente testigos y misioneros en esta Iglesia en Argentina, en esta Iglesia en Catamarca”.
Concluida la homilía, se llevó a cabo la adoración del Santísimo Sacramento y la bendición.+
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