Mons. Lozano: “No malgastemos la alegría de la Pascua, ni diluyamos la esperanza”

Mons. Lozano: “No malgastemos la alegría de la Pascua, ni diluyamos la esperanza”




Gualeguachú (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Gualeguaychú monseñor Jorge Eduardo Lozano, aseguró que “la muerte y resurrección de Jesucristo nos abre la puerta a tener un corazón nuevo, y por lo tanto una mirada también nueva. No es una propuesta bucólica o naif. No es un cuento de hadas. Tampoco es una expresión maniquea y simplista. Es el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” y recordó que “la Pascua nos renueva con toda la fuerza de la esperanza, que ‘no quedará defraudada por el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado’”. Por eso, pidió: “¡No malgastemos la alegría de la Pascua! ¡No diluyamos la fuerza de la Esperanza! Ni la muerte ni el mal tuvieron la última palabra, ni la tendrán. La última será la misma que la primera: la vida y el amor. Porque Dios es amor, y no pasará jamás. Digamos con alegría: ¡Feliz Pascua!”.

El obispo de Gualeguaychú monseñor Jorge Eduardo Lozano, destacó en su columna semanal que “la resurrección de Cristo hace despertar la Primavera con sus multitudes de colores, aves, perfumes, luces. La vida ha triunfado. El amor se manifiesta serenamente y con firmeza”.

El prelado citó un párrafo de la exhortación apostólica “La alegría del Evangelio”, en la que el papa Francisco pide a los cristianos que “renovemos con certeza la fe en que Jesucristo vive de verdad”.


“Su resurrección no es algo del pasado; entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible”, repitió.


“¡Qué palabras tan fuertes utiliza!: ‘muerte, injusticia, maldad, indiferencia, crueldad’, que parecen tener la última palabra. Pero con mayor contundencia nos habla de: ‘fuerza de vida, fuerza imparable, brotar algo nuevo, tozuda e invencible’”, diferenció.


Monseñor Lozano sostuvo que “es así. La muerte y resurrección de Jesucristo nos abre la puerta a tener un corazón nuevo, y por lo tanto una mirada también nueva. No es una propuesta bucólica o naïf. No es un cuento de hadas. Tampoco es una expresión maniquea y simplista. Es el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. La Pascua nos renueva con toda la fuerza de la esperanza, que ‘no quedará defraudada por el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado’”.


“¡No malgastemos la alegría de la Pascua! ¡No diluyamos la fuerza de la Esperanza! Ni la muerte ni el mal tuvieron la última palabra, ni la tendrán. La última será la misma que la primera: la vida y el amor. Porque Dios es amor, y no pasará jamás. Digamos con alegría: ¡Feliz Pascua!”, concluyó.+


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