Pascua es ocasión para renovar el corazón, según los obispos

Los obispos argentinos encabezaron las principales celebraciones por la Pascua, ya sea presidiendo las misas de vigilia, en la noche del Sábado Santo, o la solemne Eucaristía de Pascua de Resurrección. En sus mensajes, destacaron que la resurrección del Señor es motivo de alegría y oportunidad de renovación en la vida de la fe, en la esperanza y en el amor a Dios manifestado en la ayuda al prójimo.

En Santa Fe


Recuperar la confianza. El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, llamó a abrir el corazón para que “esta vida de Jesucristo, sea también nuestra vida” y pidió que la alegría de la resurrección “no nos haga olvidar de esa otra realidad tan cercana que nos duele e interpela”.

El prelado advirtió que la juventud “vive una orfandad de referencias, de valores y de ejemplaridad, que compromete el sentido de su vida y la fuerza de sus ideales”.


“Todo esto tiene que ver con la Pascua, que es un principio de Vida Nueva que eleva la vida y las relaciones del hombre. No debemos negar los problemas, pero sí tener frente a ellos una actitud de compromiso y de esperanza, porque el bien, el amor y la paz ya han triunfado en Jesucristo. Este mensaje de Pascua quiere ser un llamado a todos los hombres y a toda la dirigencia, para sentirnos protagonistas en la creación de una sociedad más humana, más justa y solidaria”, sostuvo.


En Salta


Pascua es vida. El arzobispo, monseñor Mario Antonio Cargnello, destacó que solo Dios responde al profundo deseo humano de vivir, y manifestó: “Hoy, en la Pascua, los cristianos nos encontramos frente a la realidad de la muerte, la última palabra la tiene la vida porque Jesús ha resucitado. Por eso la Iglesia se alegra y pasan los años y seguimos cantando el aleluya”.

El prelado afirmó que la primera invitación es aceptar la amistad del Señor, del viviente, y ser como Pedro y los apóstoles, y aceptar la amistad que Jesús nos propone.


En Tucumán


La alegría pascual, manifestada en la vida. El arzobispo, monseñor Alfredo Horacio Zecca, publicó una columna en el diario La Gaceta en la que reflexionó sobre el sentido de esta fiesta cristiana. Afimró que a la resurrección le sigue “un incontenible anuncio del triunfo de la vida sobre la muerte”, porque Cristo es, en efecto, “el lucero de la mañana, aquél que volviendo de los abismos resplandeció sereno sobre el género humano”.

“La vida ha triunfado definitivamente sobre la muerte que ya no es, para el hombre, la última palabra. La Pascua de Cristo, es, también, nuestra Pascua y nos da la gracia para vivir como hombres nuevos, como resucitados. Nuestro obrar nuevoha de seguir, necesariamente, a nuestro ser nuevo; el pecado da paso a la gracia, las tinieblas a la luz, la muerte a la vida”, aseguró.


En Catamarca


El triunfo de la luz sobre las tinieblas. Durante su homilía en la Vigilia Pascual celebrada en la catedral, el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanc, sintetizó la significación de esta liturgia indicando que “todos los signos religiosos de esta noche nos llevan a percatarnos del triunfo de Cristo: el fuego nuevo que ilumina las tinieblas del pecado, el cirio encendido que representa a Cristo, el agua que bendecimos como elemento regenerador, la invocación de los santos, el canto del Gloria y del Aleluya, que estuvieron ausentes en la Cuaresma. Inauguramos ahora un tiempo nuevo”.

Luego enfatizó: “Triunfa la vida a pesar de las dificultades, del dolor, del fracaso, de la soledad, de las tentaciones, y de la agonía de Getsemaní. A pesar de la crisis económica, de las huelgas, de las guerras, de los escasos puestos de trabajo, etc., es posible una solución. ¿Por qué no vamos a gritar: ¡Regocíjense cielos y tierra!; verdaderamente resucitó Jesús, ha salido victorioso del sepulcro y éste ha ‘quedado vacío’? La muerte es la puerta de la vida”.


En Entre Ríos


Renovar el compromiso. Es el centro del año litúrgico, el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, afirmó que la Pascua “es una fiesta de inmensa luz”, porque Cristo resucitó y “rompe la oscuridad de la noche, nos llena de alegría, inmensa esperanza y nos hace crecer en el amor y en la fe”.

“Él destruyó la muerte y nos da nueva vida, la vida de la gracia que comienza acá y terminará en el Cielo”, afirmó el prelado, que invitó a renovar la vida y el compromiso de mostrar el amor a Jesús en el servicio al prójimo.


También manifestó que las cruces cotidianas, con Cristo crucificado, toman un sentido nuevo y maravilloso, al saber que Jesús está con el que sufre. “Que Dios los bendiga y conceda la paz donde hay sufrimiento o dolor”, expresó.


En Córdoba


Momento de gracia y oportunidad. El obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré Giraudo, resaltó que la Pascua, celebración de la resurrección de Jesús, “es un momento de gracia y una oportunidad para renovarnos en esta experiencia religiosa”.

Monseñor Jofré subrayó que el “primer mensaje del cristianismo no es un código de ética, sino el de que Dios que te creó, y a quien vos ofendés con el pecado, te sigue queriendo. Jesús murió por vos y tus pecados y triunfó, y vos podés triunfar si te unís a Cristo por la fe”.


En San Juan


Misa en la montaña. Aún sin la presencia del arzobispo Alfonso Delgado, una importante cantidad de fieles sanjuaninos escalaron hasta los 1.700 metros de altura para participar de la misa pascual en las Sierras Azules.

El presbítero Víctor Gallardo, delegado para presidir la Eucaristía, afirmó que Dios muestra que nada es imposible con la resurrección de Cristo, e impulsó a los fieles a confiar en Dios y pedir que les aumente la fe.


En Mendoza


Al servicio de los pobres. Con un mensaje de unidad y austeridad, el arzobispo de Mendoza, monseñor Carlos María Franzini, celebró la misa de Pascua de Resurrección en el templo del monasterio de las Carmelitas Descalzas, en Luján de Cuyo.

“Pidamos al Señor para que en este tiempo pascual nuestra Iglesia pueda ser pobre, al servicio de los pobres”, rezó el arzobispo ante unos 300 fieles que colmaron el templo en la mañana del domingo.


En Corrientes


Pascua es amor sin medida. Con palabras esperanzadoras, el obispo de Goya, monseñor Ricardo Faifer, hizo hincapié en la experiencia personal de encontrarse con Cristo resucitado, que se traslada a la vivencia comunitaria, aportando cambios en la sociedad.

El prelado destacó que en esta Pascua “el Señor Resucitado nos muestra de nuevo sus manos y su costado”, y agregó: “Esas llagas son el fruto de su amor sin medida y el precio de nuestra salvación. Nosotros también, como aquellos discípulos, nos llenamos de alegría y de esperanza, contemplando las heridas de su amor y refugiándonos en ellas”.


En Misiones


Vivir la esperanza. El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, presidió el Sábado de Gloria en la iglesia catedral de San José la Vigilia Pascual, en la que llamó a vivir la Pascua reflexionando este misterio en el corazón. El prelado manifestó que el triunfo de la vida sobre la muerte “nos sostiene en la Esperanza y es lo que ha sostenido a los cristianos a través de los siglos”.

“Podemos preguntarnos ¿creemos en esto? Ahí fundamentamos nosotros nuestra esperanza, en que Cristo Resucitó, en que la Vida triunfa sobre la muerte, es como una clave, que no es meramente un concepto, porque si no nuestra fe sería una fe diluida, si realmente no tenemos esta certeza. Esta certeza permitió vivir a los cristianos durante estos siglos, ir llevando esta luz pascual en su predicación, en el testimonio de tantos. Estamos llamados a eso, a poner luz en medio de tantas sombras”, afirmó.


En Santiago del Estero


Esperanza sobre todo. El obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi, se refirió a la resurrección de Cristo, la esperanza y la paz e hizo hincapié en los problemas que hoy atraviesa la familia, la sociedad y especialmente los niños, en una misa celebrada en Termas de Río Hondo.

“Es importante brindarle una esperanza a nuestros jóvenes en este tiempo donde muchos de ellos se inclinan por las adicciones y la vida fácil, porque sienten que no tienen lugar en la sociedad, porque no estudian, no trabajan. Es nuestro deber poder brindarles como adultos un futuro a nuestros chicos, que ellos experimenten que es válido tener esperanza, que estudiando, esforzándose y trabajando podrán construir un futuro mejor”, manifestó el prelado.+



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