El rector de la UCA, monseñor Víctor Manuel Fernández, destacó en la apertura que la encíclica del Papa afronta un tema complejo, como es el cuidado de la casa común y lo aborda en clave interdisciplinaria y en amplio diálogo con la cultura, de allí que el Instituto para la Integración del Saber fue el encargado de desplegar las reflexiones sobre el problema ecológico.
El padre Fray Eduardo Agosta Scarel OC, responsable del Programa para el Estudio de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global, describió el desafiante escenario ecológico. Dicho programa de investigación institucional funciona desde hace varios años en la UCA y aborda las relaciones entre medio ambiente, economía y sociedad en consonancia con las palabras del pontífice, que sostiene que el abordaje del tema medioambiental sólo es relevante si se lo encuadra dentro de una ecología humana.
El padre Agosta, como colaborador calificado de la Conferencia Episcopal Argentina, insistió en encarar una pastoral ambiental que reconozca el cuidado de los bienes comunes en un compromiso personal y asumiendo una solidaridad intergeneracional.
La doctora Alicia Caballero, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, desplegó sus argumentos en torno al papel de una verdadera economía al servicio del hombre, en la cual el trabajo (citando al encíclica Laborem exercens) y el desarrollo integral de la persona humana (en la carta papal Caritas in veritate) deberían asumir la centralidad de la formación de todo economista surgido de las aulas y de los centros de investigación de una universidad católica. Destacó que ciertas palabras del Papa en la encíclica, directas y sin medias tintas, podrían resultar algo duras para quienes no conozcan la larga tradición del pensamiento socialcristiano y de las anteriores encíclicas papales, especialmente aquellos sectores que provienen del campo de las finanzas y que tienen cierto sesgo utilitarista.
En cuanto al papel de la educación en general y de la Universidad en particular como formadoras de una matriz educativa dentro de un horizonte ecológico, la doctora Ana Cambours de Donini, consejera del Instituto para la Integración del Saber y doctora en Ciencias de la Educación, reflexionó sobre la relación epistemológica (“objetivante”) del paradigma positivista, mecanicista, determinista que se tornó dominante en el discurso cientificista contemporáneo y que generó las posibilidades del crecimiento acelerado pero con impactos “desagradables” sobre la naturaleza y el orden social. Las salidas posibles al desorden ecológico implicarían adoptar nuevos paradigmas de complejidad (citando a Edgar Morin) y un modelo educativo sustentable que permita asumir la deuda ecológica.
Finalmente el doctor Néstor Corona, consejero del Instituto para la Integración del Saber y ex decano de Filosofía y Letras de la UCA, destacó que la novedad de la encíclica es que invita a pensar. Sostiene que Laudato si’ es una texto de espiritualidad, que nos interpela no sobre la salvación del planeta sino sobre el sentido más radical de nuestra propia salvación: ¿Cómo sería un “habitar bueno” de la casa común? Quizás, afirma, sería resaltar la unicidad de la experiencia cordial de lo humano, definiendo esa experiencia como lucidez afectiva o un “vivir espontáneo en medio de Dios”.
El Instituto para la Integración del Saber desarrolla desde 2014 una serie de encuentros denominados Diálogos de Integración del Saber que pretenden ser un ejercicio de diálogo interdisciplinario y de integración del saber. Se encuentran disponibles en la página web del Instituto.
Más información www.uca.edu.ar.+
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