Mons. Lozano recordó al Card. Pironio, “hombre de fe y pastor bueno”

Mons. Lozano recordó al Card. Pironio, “hombre de fe y pastor bueno”

San Juan (AICA): Con motivo de cumplirse hoy 19 años del fallecimiento del Card. Eduardo Francisco Pironio, el arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo, Mons. Jorge Eduardo Lozano, dedicó su columna semanal a la memoria del ahora Siervo de Dios, al que califica de “hombre de fe y pastor bueno”.
Con motivo de cumplirse hoy 19 años del fallecimiento del cardenal Eduardo Francisco Pironio, el arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Eduardo Lozano, dedicó su columna semanal a la memoria del ahora Siervo de Dios, al que califica de “hombre de fe y pastor bueno”.

Tras un amplio comentario del Evangelio de este domingo, en el que se relata el Sermón de la Montaña, donde Jesús proclamó las bienaventuranzas, monseñor Lozano recuerda que el 5 de febrero de 1998 moría en Roma, el cardenal Pironio, quien “abrazó la cruz en su propia enfermedad y acogió en su corazón de padre y pastor a otros que cargaban con el propio sufrimiento. La cruz, la esperanza, la pascua, la contemplación, la evangelización fueron palabras que calaron profundo en su espíritu y, meditadas, nos fueron regaladas en sus escritos y predicaciones”.

El arzobispo continúa su columna editorial en estos términos:

“Al enseñarnos [el card. Pironio] sobre la evangelización decía: "La evangelización no es una actividad provisoria, circunstancial o parcial de nuestra vida. Todo en nosotros —nuestra adoración y nuestro servicio, nuestra ocupación cotidiana y nuestro trabajo apostólico, nuestra alegría y nuestro sufrimiento— es esencialmente evangelizador. Somos o no somos evangelizadores; como somos o no somos cristianos”.

La Evangelización es anuncio de la esperanza que sostiene. El cardenal Pironio también nos enseñó que “la esperanza es caminar juntos. Qué bueno si hoy sentimos que alguien a nuestro lado nos dice: ‘no tengas miedo, no estás solo... ¡caminamos juntos!’. Qué bueno si nos acercáramos a alguien que vacila en su fe, a alguien a quien el dolor oscurece el camino y le decimos: ‘No tengas miedo yo también voy caminando a tu lado’ ”. La cercanía, el prestar atención, la solidaridad. No es un servicio ocasional, o como decimos, “un toco y me voy”.

Él fue un hombre de fe, un Pastor bueno, preocupado por servir a su Pueblo. Le tocó estar en muchos lugares. Siempre predicó sobre la esperanza, aun en tiempos difíciles; sobre la alegría y la vida que brotan de la cruz pascual del Señor Jesús. Tuvo que sufrir y mucho. Experimentó la incomprensión de algunos, incluso en el seno de la Iglesia, que le calumniaron y buscaron poner obstáculos en su camino.

También vivió una dolorosa y larga enfermedad que asumió como participación en la cruz del Señor, ofreciendo sus sufrimientos por amor a la Iglesia. Se dejó amar a fondo por Jesús. Vivió en espíritu de oración y experiencia de encuentro con Dios. Valoró en mucho la amistad. Tuvo un gran amor a la Virgen, en quien siempre confió como madre fiel.

Y qué actuales nos resultan hoy estas palabras: “Cuando Jesús quiere enseñarnos a vivir en la esperanza y a superar así los tiempos difíciles, siempre nos señala tres fundamentales actitudes: la oración, la cruz, la caridad fraterna”.

Se destacó por su gran amor a la Iglesia como misterio de comunión misionera. Nos proponía una Iglesia muy cercana a las angustias de la gente, pero con la alegría que nos da Cristo. “Una Iglesia de la cruz y la esperanza, de la pobreza y la contemplación, de la profecía y el servicio”: la “Iglesia de la Pascua”. En esta Iglesia nos amaba a todos: los jóvenes, los laicos, la Acción Católica, los religiosos y religiosas, los sacerdotes, los seminaristas...

Es hermoso palpar su amor a la vida: “Te doy gracias, Padre, por el don de la vida. ¡Qué lindo es vivir! Tú nos hiciste, Señor, para la vida. La amo, la ofrezco, la espero. Tú eres la Vida, como fuiste siempre mi Verdad y mi Camino”.

Hoy a las 11 de la mañana se celebra en la Basílica de Luján una misa en recuerdo de su vida y su servicio. Nos unimos en oración pidiendo a Dios por su pronta beatificación. Confiamos esta intención en el corazón de la Virgen de Luján en cuya casa quiso el cardenal Pironio ser sepultado.

Tras estos conceptos sobre el cardenal Pironio, monseñor Lozano concluye su columna editorial recordando que el 8 de febrero, memoria de Santa Josefina Bakhita, se celebra la Jornada Mundial de Oración y Reflexión por la trata de personas, y termina dando gracias a Dios por el don de la vida, aludiendo a su próximo 62º cumpleaños.+

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