Mons. Mestre: ser soporte en nuestras comunidades

Mons. Mestre: ser soporte en nuestras comunidades

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): Monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en sus tres puntitos del domingo 29 de julio, resumió el Evangelio de San Juan de la multiplicación de los panes y los peces con tres consignas: “Ofrecer lo poco y lo pequeño”, “La sobreabundancia de Dios” y “Soportarse mutuamente por amor”.

Durante su homilía del domingo 29 de julio, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, explicó el fragmento del Evangelio según San Juan. Afirmó que el signo de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús lo habría hecho probablemente más de una vez. Teniendo en cuenta las lecturas, el prelado marplatense eligió tres palabras para guiar su reflexión: poco, sobreabundancia y soportarse.

Ofrecer lo ‘poco’ y lo pequeño
En el primer punto, monseñor Mestre hizo referencia a la cantidad irrisoria de panes y peces que se ofrecieron en el milagro. “Sin embargo Dios toma lo poco que ofrece un niño y a partir de ahí alimenta a la multitud”, indicó, porque todo cálculo humano fue superado por la acción de Dios en aquel hecho. Haciendo una semejanza con la vida actual, reflexionó sobre la actitud de los apóstoles, cuando se preguntaron “¿Dónde, qué, cómo, cuándo...?. Hoy en día, “la realidad es tan compleja y tan difícil de cambiar en sus aspectos negativos que nos volvemos pesimistas, negativos, cerrados, obtusos, incapaces de poder confiar en el poder de Dios... Por lo tanto perdemos la capacidad para ofrecer lo poco que somos y que tenemos para que Dios haga su obra”.

La ‘sobreabundancia’ de Dios
Esta palabra “desborda” en el relato: “Todos comen y quedan satisfechos”, recordó, y además, sobran aún doce canastas. “Dios nunca se deja ganar en generosidad”, afirmó monseñor Mestre, “derrama su poderío para saciar y se excede para que quede en evidencia que su poder es infinito”. Hizo hincapié en los sacramentos, que “derraman sobreabundante gracia”, en especial la Eucaristía y la Reconciliación: “Alimentarse de esta gracia de Dios nos hace sobreabundantes con nuestros hermanos: generosos, comprometidos, audaces en el bien y la verdad”, enseñó.

‘Soportarse’ mutuamente por amor
El prelado marplatense citó a San Pablo en la segunda lectura para explicar este punto, y las recomendaciones oportunas para toda comunidad cristiana: en primer lugar, la familia y los grupos de Iglesia. “Conservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz para vivir la humildad, la mansedumbre y la paciencia soportándonos los unos a los otros por el amor”, aconsejó. Y explicó el origen de la palabra soportar: “ser bastón, ser sostén”, “¡Qué bueno cuando en la pareja uno es soporte del otro! ¡Cuando los amigos, los hermanos, los familiares en general son soportes los unos de los otros!”, concluyó.+

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