Buenos Aires (AICA): “Para la enorme mayoría de la gente, Cromañón es algo que les pasó a otros. Incluso hasta con algún dejo de responsabilidad, si no de culpa”, advirtió el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, en un artículo titulado “Diez años de ausencias” que publica hoy el diario Página12, a diez años de la tragedia en el local de Once que causó la muerte a 194 personas, en su mayoría jóvenes. “Es bueno destacar el lugar importante que han tenido los diversos credos en el acompañar el dolor con el cariño y la oración. Una presencia firme, estable, comprometida. Dios tiene una Palabra que se hace carne en la cercanía con toda condición humana. Los que murieron en Cromañón son los nuestros, también son los tuyos”, aseveró.
“Para familiares, amigos y sobrevivientes la vida continuó como pudo porque el reloj no se detiene. Algunos retomaron los estudios y obtuvieron sus títulos. Hubo casamientos, nacimientos que devolvieron sonrisas y fiesta. Otros la siguen peleando sin muchos logros palpables, aunque continuar remando no es poco.
Para todos, en sus distintos procesos, la vida nunca será igual”, subrayó.
Tras referirse al camino interior que en estos años debieron recorrer tanto las familias de las víctimas mortales y la sociedad, reconoció que “no todos han dado los mismos pasos”.
En este último sentido, monseñor Lozano se animó a decir que “para la enorme mayoría de la gente, Cromañón es algo que les pasó a otros. Incluso hasta con algún dejo de responsabilidad, si no de culpa”.
Asimismo, recordó que el cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, solía lamentarse de que “Buenos Aires no ha llorado lo suficiente por la muerte de sus hijos” y criticó que “actitudes individualistas y consumistas hacen pasar de largo ante el dolor de hermanos que es visto como ‘ajeno’”.
“La empatía social generalizada de los primeros días y semanas, al año tuvo fecha de vencimiento y fue reemplazada por indiferencia e indolencia. Se agregó sal a la herida”, aseveró y agregó: “Es cierto que se generó más conciencia social acerca de las normas de seguridad en lugares públicos”.
“Sin embargo, la corrupción sigue teniendo tolerancia social. Coimas y sobornos logran que las ordenanzas municipales y las leyes no se cumplan. Desde la venta de alcohol a menores en almacenes y supermercados, al consumo de todo tipo de bebidas y drogas en la vía pública, a cualquier edad, en las diversas horas del día”, denunció.
Monseñor Lozano, que siendo obispo auxiliar de Buenos Aires al momento de la tragedia acompañó espiritualmente a familiares y sobrevivientes, advirtió que “tampoco se cuida adecuadamente a los jóvenes que salen a divertirse. Se les ofrece cualquier mezcla de sustancias alcohólicas, pastillas varias como si fueran licuados de frutas. Muchas veces hay enfrentamientos entre grupos a la salida del boliche o la cancha, que provocan lesiones, si no muertes”.
“Es bueno destacar el lugar importante que han tenido los diversos credos en el acompañar el dolor con el cariño y la oración. Una presencia firme, estable, comprometida. Dios tiene una Palabra que se hace carne en la cercanía con toda condición humana. Los que murieron en Cromañón son los nuestros, también son los tuyos”, concluyó.+
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