Mons. Elizalde: “Atender los gestos de caridad y de alivio fraterno”


Mons. Elizalde: “Atender los gestos de caridad y de alivio fraterno”




Nueve de Julio (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, reconoció que “en el interior de cada uno de nosotros, la tristeza y el dolor, la soledad y el abandono, la desesperanza, nuestras propias faltas y pecados, pueden hacernos olvidar el amor de Dios, su misericordia, la confianza que Él ha puesto en nosotros y el acceso tan fácil que nos ha dejado para que lleguemos hasta Él”. Por lo que alentó a pedir el alivio de las aflicciones, pero también atender “a tantos gestos de caridad y de alivio fraterno, a tanta generosidad empleada en bien de los que sufren, y asociémonos a ellos, imaginativamente, para que se haga realidad cada día, en nuestras comunidades y en el mundo entero, la verdad anunciada de la fraternidad en Cristo”.

“En Navidad, pedimos lo que nos falta, imploramos para que cese lo que nos aflige, pero ¿nos damos cuenta verdaderamente de lo que ya está entre nosotros, de lo bueno que nos ha aportado, de la fecundidad de cuánto hemos recibido y que son los instrumentos que tenemos para alcanzar la felicidad y dar al mundo la paz?, interpeló el obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB.

El prelado señaló que “frente a la división, causada por la ambición y el egoísmo, frente a las heridas causadas por el odio, frente al flagelo de la pobreza y la desigualdad, no podemos conformarnos con el pedido de una solución puntual, milagrosa”.


“Somos actores de la historia, y el mundo nos ha sido dado para que vivamos en él y lo administremos con sabiduría y justicia. Estas capacidades existen, ocultas muchas veces, pero existen, y es nuestra responsabilidad, de hombres y de creyentes, ponerlas en práctica, al servicio del bien que anhelamos. No son solo los gobernantes y políticos, los empresarios y administradores, los que tienen que hacerlo, sino todos y cada uno de nosotros, en el ámbito de sus responsabilidades, la familia, el trabajo, la comunidad”, aseguró.


Reconoció que “en el interior de cada uno de nosotros, la tristeza y el dolor, la soledad y el abandono, la desesperanza, nuestras propias faltas y pecados, pueden hacernos olvidar el amor de Dios, su misericordia, la confianza que Él ha puesto en nosotros y el acceso tan fácil que nos ha dejado para que lleguemos hasta Él”.


Monseñor Elizalde alentó a pedir el alivio de las aflicciones, pero también atender “a tantos gestos de caridad y de alivio fraterno, a tanta generosidad empleada en bien de los que sufren, y asociémonos a ellos, imaginativamente, para que se haga realidad cada día, en nuestras comunidades y en el mundo entero, la verdad anunciada de la fraternidad en Cristo”.


“En estas fechas expresamos nuestros deseos, y les trasmitimos a los hermanos que nos unimos a ellos, para pedir su cumplimiento, sin reservas ni egoísmo. Descubramos esos caminos nuevos, inexplorados tal vez hasta ahora, pero que nos confía Jesús nuevamente, como lo hace en cada Navidad, viniendo a nosotros en su Nacimiento, para que por nuestro medio se haga manifiesta la alegría de ser regenerados como hijos de Dios”, agregó.


El obispo indicó que “tenemos muchas oportunidades para hacerlo, y existen varios caminos para ello. La Iglesia nos invita a unirnos para darle expresión en la vida social y familiar, a sacar de su enseñanza y de los sacramentos que celebra los elementos para hacerlo, a comprometernos con nuestros pastores, a invitar y atraer a nuestros hermanos, siguiendo el ejemplo de los santos de todos los tiempos.


“Esperamos para este año el Sínodo de Obispos que tratará sobre la familia. Es una invitación para orar por nuestros pastores, que deberán deliberar sobre estos temas tan importantes, y pedir a Dios y trabajar consciente y consecuentemente por la unidad y la estabilidad de la familia, por el respeto por la vida, por el acompañamiento de los niños y jóvenes. Es, en efecto, la familia el ámbito donde comienza la vida de cada hombre, el primer templo donde aprende a orar y a adorar a Dios y la primera escuela de la fe y del ejercicio de la caridad”, subrayó.+


Texto completo de la homilía



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